Nadie puede afirmar con rotundidad si la actual ventaja que llevamos sobre el COVID 19 será definitiva o nos veremos en unos meses otra vez confinados como ayer decretó el Gobierno de Letonia. Por eso ha sido tan especial el Congreso celebrado en el Auditorio Carlos Saura de Huesca, sobre el Control Interno Local. Había ganas de reencontrar a los colegas, de desayunar al azar en el comedor del hotel con antiguos compañeros, de tomar el café entre las ponencias con otras personas que conoces allí mismo, pero de las que has oído hablar o has leído sus artículos o sus libros.

En definitiva, un desarrollo profesional, al margen de la tarima, de la misma importancia (o más) que el power point porque contribuyen a enriquecer tu trabajo, tus iniciativas, a confirmar que puedes hacer las cosas mejor con aquella experiencia que alguien deslizó cogiendo una pasta de chocolate o mientras hablábamos de la auditoría del Barça. Yo me volví cargado de muchas ideas y algunos planes antifraude, que son ahora una de mis preocupaciones inmediatas.
La experiencia durante el CCIL19 en Badajoz parecía insuperable. La Diputación allí, y su Interventor Ángel Díaz Mancha, había cuidado tanto la logística como los contenidos del CCIL19 que muchos la recordamos durante el confinamiento por su magnífico tono humano y la importancia de sus conclusiones. Parecía difícil que un nuevo anfitrión lograra alcanzarlo.

La Diputación de Huesca volvió a poner el listón muy alto. Tuvo mucho que ver la implicación de su Interventor, Jaime Porquet Colomina, buscando que sus colegas congresistas se sintieran acogidos. Los provincianos son así. Yo también soy provinciano y sé lo que digo. Si encima son periféricos y de un territorio despoblado, ese recibimiento se convierte en una característica distintiva e inalcanzable para las grandes ciudades. Designaremos provisionalmente esta afirmación como la Ley de la hospitalidad decreciente. Ese cariño es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia o de su población. Como ocurre en los fenómenos luminosos de la física, este principio explica la intensidad institucional, la implicación de los organizadores, de sus funcionarios y autoridades para desarrollar un congreso que todos recordaremos durante años.

No es ninguna sorpresa que Madrid o Barcelona, con tantos eventos a lo largo del año -y cómodas comunicaciones desde cualquier lugar de España- tienen relativamente fácil desarrollar cualquier gran convención. Para una población alejada de los circuitos es un acontecimiento y una oportunidad. Así es la idea-fuerza que apoyó durante la inauguración Pablo Arellano, Interventor General de la Administración del Estado, coorganizador del CCIL, primero con la Diputación de Badajoz y ahora con la de Huesca. Un planteamiento muy acertado, en mi modesta opinión.
El sistema de trabajo comienza durante los meses anteriores con múltiples reuniones on line preparatorias, lideradas por la propia IGAE, con la Subdirectora General de Estudios y Coordinación, Mercedes Vega haciendo honor a su empleo, hasta confeccionar el programa.
Mención aparte para Nuria Josa, Interventora de la Diputación de Girona y activa promotora de actividades, internas (como la premiada Guía Básica de fiscalización), como externas (ver aquí más). Es el verdadero motor del CCIL, del concepto, del propósito y del planteamiento del congreso. Con el viceinterventor de esa Institución, Ernest Ruiz y la viceinterventora de la Diputación de Badajoz, Eva Aguilar, cierran el equipo directivo del Congreso.
Un congreso cuyos principales contenidos iremos desentrañando en las próxima entradas del blog
Por fin llegó el día

La batalla comenzó la misma tarde anterior al inicio oficial congreso. Los organizadores junto a ponentes y coordinadores de las mesas mantienen una importante reunión inicial para tratar todos los detalles. Se explican las instrucciones de desarrollo, las normas comunes y las actividades paralelas. Se repasa tanto el calendario como el contenido de los temas a tratar en cada mesa por los coordinadores. La labor de todos ellos no empieza ni acaba en cada módulo, sino supone una suerte de implicación de todos los protagonistas. El Estado mayor está integrado por los Interventores mencionados en las líneas anteriores, que podéis ver en la foto adjunta leyendo la cartilla a los participantes.

Lo que el ojo no ve
En la mayoría de las grandes reuniones profesionales, como el CCIL, es habitual contar con un técnico de la comunicación para presentar las sesiones plenarias. En esta ocasión, ejerció de maestro de ceremonias desde el atril, Sergio Lacasa, del departamento de comunicación de la Diputación de Huesca. Es un detalle importante porque un periodista con buena dicción y acostumbrado a este tipo de presentaciones da un punto de seriedad en un gran auditorio como el oscense, sobre todo cuando se retransmite y puede verse posteriormente en video (facilitaremos en unos días los enlaces).

Mención especial para Wolters Kluver, destacado grupo empresarial de servicios, sobre todo en materia de Administración Pública y editora del diario Laley o de la centenaria Revista El Consultor de los Ayuntamientos. Aporta medios esenciales para la retransmisión online y la distribución posterior de los contenidos. También la segunda edición del Premio en el que se reconocen las Mejores prácticas centradas en metodologías de control interno así como el mejor artículo doctrinal sobre control interno o externo. Lourdes Bernal es la cara visible de este imprescindible apartado, con mucha gente en la tramoya.

Luego están los patrocinadores, que permiten tener en cuenta la iniciativa privada de aquellas empresas cuya actividad es habitual en el sector y que han querido estar presentes en este vistoso foro y ayudar en su éxito. Forman parte del ecosistema administrativo, desde los servicios informáticos hasta la auditoría o la consultoría.
Desmascarillados para la foto de abajo, la Troika del evento, disfrutando del éxito que tan generosamente nos han regalado. De izquierda a derecha: Angel Díaz Mancha (Interventor Dip. Badajoz), Sebastián Gracia (viceinterventor Dip. Huesca), Jaime Porquet (Interventor Dip. Huesca) Eva Aguilar (Viceinterventora Dip. Badajoz) Nuria Josa (Interventora Dip. Girona y Ernst Ruiz, Viceinterventor Dip. Girona).
Gracias Antonio por tu excelente crónica cargada de cariño y reconocimiento a la labor bien hecha. ¿Sabéis si se baraja Salamanca para la siguiente edición?
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