Esta semana se celebró en Oviedo la Conferencia de Presidentes de la Asociación de Órganos de Control Externo de las Comunidades Autónomas (Asocex). La sede fue la Sindicatura de Cuentas del Principado de Asturias, donde se aprobó una solemne Declaración en la que se defiende la independencia y la autonomía de esos órganos, como garantía de calidad democrática e institucional.

Al final de la jornada tuvo lugar el acto formal de entrega (ver foto) del XX Premio Auditoría Pública a D. José Luis Ezquerro Royo, letrado de la Cámara de Comptos de Navarra, por su artículo titulado “Relaciones de los OCEX con el Parlamento: comisiones de investigación”. Su contenido surge tras el informe de fiscalización sobre la Planta de Biometanización de Ultzama realizado por la Cámara de Comptos hace justamente un año. A consecuencia de ello, el Parlamento de Navarra acordó la creación de una Comisión de Investigación sobre dicha planta y solicitó a veterana institución de control “la remisión de toda la documentación soporte utilizada y/o realizada por los auditores intervinientes que ha dado origen al informe de fiscalización emitido”. La Cámara de Comptos entiendió que no procedía tal envío, lo que generó una tensión institucional en la Comunidad Foral, hoy parece que superada.

El letrado premiado reflexiona en su artículo sobre la posición de las Instituciones de control y el significado de su dependencia de los parlamentos. Describe las aristas del conflicto y fundamenta la protección y conservación de los papeles de trabajo, sin facilitar acceso a los mismos, ni a la información que tenga carácter auxiliar o de apoyo como la contenida en notas, borradores, opiniones, resúmenes, comunicaciones o informes internos.

¿Qué hacer con el control sobre las cuentas públicas?

Casualmente, esta misma semana conocíamos otra brillante aportación doctrinal sobre el tema. Se trata del artículo “¿Qué hacer con el control sobre las cuentas públicas?“ en la revista de la UNED, Teoría y Realidad Constitucional” del que es autor el profesor de la Universidad de Valladolid Juan Fernando Durán Alba. Tras unos años sin acercarse al tema agradecemos poder leer nuevamente sus reflexiones sobre los diversos aspectos institucionales que encontramos en nuestro complejo y descentralizado sistema de control.

Nuestra clase académica, política o profesional ha discutido mucho sobre el papel de las instituciones de control. También los miembros hemos hecho autocrítica, si bien unos más que otros. Lo cierto es que la dependencia parlamentaria facilita la politización pero nace como una protección, un paraguas (dice Durán) en las actuaciones fiscalizadoras. Todo ello permite que los informes sean elaborados con alto control de calidad, basados en normas técnicas internacionalmente aceptadas, sometidos a alegaciones antes de ser aprobados, divulgados y defendidos en sede parlamentaria como garantía de su relevancia. Pero esa dependencia es fuente habitual de conflictos.