Cada dos años, una ciudad española acoge el Congreso de Control Interno Local, CCIL. Se valora especialmente el carácter periférico de la sede, fuera de los circuitos habituales, de los grandes y famosos polos de atracción y organización congresual con fácil comunicación. Por eso, estuvimos en Badajoz (2019), Huesca (2021) y ahora Palencia (2023). Esto ya manda por si mismo un mensaje (y un homenaje) simple pero efectivo: hay allí unos profesionales muy  de alto nivel allí, también en la periferia. Esos colegas involucrarán a sus colaboradores y compañeros de oficina, a los rivales de los negociados adyacentes y hasta los miembros de la corporación. Todos ellos se desvivirán durante unos cuantos meses para que el engranaje funcione y llegada la fecha el resultado sea óptimo. Téngase en cuenta que los organizadores no disfrutan para nada con esto. Es un acto de generosidad, una tarea adicional al trabajo cotidiano que no siempre es valorado como se merece.

La Intervención General de la Administración del Estado, ha sido la impulsora desde los inicios de esta iniciativa con el Interventor Pablo Arellano al frente. Pudimos verle con soltura moviéndose en el escenario durante todo el congreso, bajo la pantalla gigante, convertido en una suerte de comunicador tipo TED -poco habitual en la burocracia española- y un equipo de veteranos directores muy bien armado, donde se percibe armonía. Se detecta que los responsables del Ministerio de Hacienda se encuentran cómodos en este evento, accesibles cumplen su misión legal, promueven y facilitan el debate o la crítica.

El programa se elabora con cuidado artesanal con muchas reuniones virtuales previas con el Ministerio donde deben sobresalir los principales temas de interés para la profesión. Se adjudican los responsables de los paneles y los ponentes, quienes se reúnen también virtualmente varias veces a medida que se acerca el evento. Cada minuto de escenario lleva detrás muchas horas de preparación. No hay secretos: cuanto más entreno más suerte tengo.

Siete ponencias, tres comunicaciones y tres mesas redondas componen el programa del CCIL23

Así que, entre logística y contenidos hay mucha zona sumergida bajo la punta del iceberg. Incluso cuando entras al escenario te das cuenta de lo mucho que se han cuidado los aspectos técnicos. Os recuerdo que éramos casi 500 asistentes y la Diputación convirtió temporalmente un veterano y rehabilitado cine provinciano en un magnífico Palacio de congresos, llamado a tener mucho protagonismo en el futuro. Lo bueno de las ciudades pequeñas es que todo está cerca, vas paseando del hotel al congreso, puedes cambiar de edificio para el café o el lunch y todos se desviven para el éxito de la convocatoria.

En las bambalinas de la tramoya, la Vicesecretaria General de la Diputación, Virginia Losa, transformada en regidora del escenario, llamaba a los participantes pendiente siempre del cumplimiento del horario. Este es un tema importante, el verdadero Talón de Aquiles de cualquier jornada o reunión técnica donde, unas veces por problemas imprevisibles, otras por las muchas preguntas o diapositivas hace que los retrasos se vayan acumulando. Así que, como bien saben nuestros habilitados, toda supervisión es poca. Los paneles terminaron en hora siempre (un programa muy cargado) y la comida de clausura, con sus despedidas y fotos, pudo celebrarse -en su doble sentido- con la presencia de la satisfecha Presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén y el Consejero de Economía de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo.

El grupo La Ley viene siendo -desde la primera edición- el encargado de los aspectos audiovisuales y de contenidos, Lourdes Bernal y Beatriz Navarro siempre pendientes de cualquier detalle. Las ponencias acabarán publicadas y llegarán gracias a esa editorial a todos los interesados en el control interno. Ayuntamientos pequeños y grandes, funcionarios veteranos y noveles, estudiarán el número monográfico de El Consultor -que se presentó y regaló en su stand a los congresistas- dirigido por la Interventora de Torrent, Carmen Aparisi, donde escriben los mejores autores del momento.

Termino esta presentación liminar con un aviso para los muy cafeteros o para quienes no hayan podido asistir al extraordinario evento palentino: tienen del 19 al 20 de octubre en Granada el congreso del Colegio de Secretarios, Interventores y Tesoreros de Andalucía bajo el lema “La habilitación nacional del futuro”, que profundizarán en las claves que abocan a un inminente cambio de paradigma en el Gobierno Local y, especialmente, en sus funciones: tecnologías disruptivas, resiliencia, capacidad de trabajar en equipo.

Seguiremos informando del gran evento de ayer y anteayer. Traigo mucho material …