«Estoy aquí para salvarte el culo, no para besártelo»

Dimensión emocional del control

Uno de mis blogs favoritos de auditoría, de habla inglesa, es el subtitulado “Los pensamientos, intereses, desafíos y debates de un director ejecutivo de auditoría”. El autor no divulga su nombre y se dice un joven profesional que trabaja como auditor interno en el Reino Unido para una importante compañía multinacional. Intenta, un par de veces al mes, compaginar cualquier actividad que realiza con su aproximación a una faceta de la auditoría interna. Si escucha a un conferenciante de cooperación para el desarrollo, habla de los problemas de la planificación de los proyectos en la auditoría interna. Si viaja de vacaciones al extranjero, entonces escribe “Auditoría interna global?”. Si tiene una reunión del Comité de Auditoría presenta “Gestión y auditoría – dos caras de la misma moneda o divisa distinta?. Ninguna pista ofrece de su compañía pero sus apreciaciones y vivencias son muy prácticas y sensatas. 

Con ocasión de las atinadas reflexiones del post de Fin de Año, justificaba su semi-anonimato: “no porque me dé vergüenza o pueda decir cosas sin ser responsable”, dice, sino por todo lo contrario: “lo escribo sin mi nombre porque quiero que la gente se centre en los temas y el contenido, no en el escritor o la marca de su organización”.

Para los muy cafeteros que no leen inglés os recomiendo su visión a través del navegador Chrome que incorpora la traducción automática, que se deja leer.

En las Navidades recaló en el Hotel Waldorf Astoria de Edimburgo y tomando un té, mientras estaba sentado y disfrutando de la experiencia (escribió Earl Grey auditoría) “me di cuenta de que nada en el hotel ‘desentonaba’. La decoración era sutil, el servicio ‘no intrusivo’, incluso la señalización era discreta. Todo se sentía tranquilo y ordenado, incluso la música de fondo (un arpa) era agradable y civilizada. Todo ello me hizo pensar en la auditoría. Cuando le pedimos a los gestores …”. En fin, una delicia.

Hace unos meses presentó una brillante entrada titulada «¿Libertad de expresión?» donde presenta una visión muy real del papel del auditor interno en la vida de las organizaciones. Tiene algunas perlas como la que nos recuerda que en auditoría «no hay libertad de opinión sin consecuencias” y termina diciendo “’Estoy aquí para salvar su culo, no para besarlo». Dura pero certera frase. El post de esta semana termina diciendo: “Así que la próxima vez que usted esté preparando sus trabajos de auditoría y pensando en por qué el proceso es tan difícil, quizás encuentre consuelo en que el enfoque de una buena auditoría empuja a la organización, y que a nadie le gusta ser empujado. Así que usted es la otra cara de la moneda ¿O una moneda diferente por completo?».

La realidad cotidiana nos muestra que las relaciones con los supervisores presentan algunas características peculiares. Esos interventores, contables, auditores internos o responsables, en general, del control en las organizaciones -que tienen corazón de feldespato, según Helbert Hubard- deben afrontar ser los chicos malos de la película. Como dice el anónimo bloguero, “la mayoría de mis mejores informes de auditoría advirtieron, años antes de que los riesgos se convirtieron en problemas, cuáles eran los verdaderos problemas”. Y es que un buen informe de auditoría realmente debe impulsar el debate, empujar a la organización a adoptar una posición y ser visto como un proceso más de la administración.

De todas estas cosas hablamos Sevach y yo en la última píldora que presenta la Fundación Internacional OCU. Se trata de la visión emocional del control, que se complementa con la visión humana del asesor jurídico. En fin que las disfrutéis.

11 comentarios en “«Estoy aquí para salvarte el culo, no para besártelo»

  1. Antonio Minguillón

    Buen blog (me refiero a este, a Fiscalizacion.es) y buen post. Yo me quedo con la siguiente frase: “Así que la próxima vez que usted esté preparando sus trabajos de auditoría y pensando en por qué el proceso es tan difícil, quizás encuentre consuelo en que el enfoque de una buena auditoría empuja a la organización, y que a nadie le gusta ser empujado. »
    Estamos ahora planificando los trabajos de este año y ese comentario resulta más oportuno que nunca.

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  2. BEATRIZ MORENO SERRANO

    Estoy totalmente de acuerdo con tus opiniones sobre los Interventores. Se nos exige mucha formación para acceder a la escala de FHN, pero no se valora si reunimos el perfil adecuado para soportar las enormes presiones a las que en ocasiones estamos sometidos. Yo tengo compañeros que no llevan nada bien el tema de “torear” a los políticos y eso incluso les ha llevado a abandonar el puesto de Interventor y pasar a ser Tesoreros, ya que éstos están sometidos a bastante menos presión. Y eso pese a que no les gusta el trabajo de Tesorería.
    Supongo que a lo que comenta Sevach de que al FNH no lo elige el político, algún político diría que ellos tampoco eligen a los FHN, aunque en la gran mayoría de las ocasiones así sea. A toda la presión que se somete a los Interventores habría que añadir el lamentable hecho de que el montante grueso de nuestras retribuciones las fija la propia Corporación a la que controlamos. En fin…
    Enhorabuena por esta iniciativa, he visto todos los vídeos y están muy bien. Aportáis una visión muy clara de los temas que tratáis.
    Un saludo.

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    1. Antonio

      BEATRIZ MORENO SERRANO ….. Lamentablemente hoy la figura del Interventor (en Aytos pequeños ya Secretario-Interventor-Tesorero) en algunos casos es una grotesca deformación de lo que fuera otrora. Y así hay quien desempeña ese puesto con una desparpajo impropio de tan alta responsabilidad. «Yo si está la factura firmada por el alcalde , dando el visto bueno, ya me quedo tranquila», dice sin despeinarse una Secretaria-Interv-Tesor., pensando que así esquiva su responsabilidad en la fiscalización del gasto. Lamentable!!!

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