Futuro del control externo

El viernes 23 participé en la Universidad de Verano de Maspalomas, dentro del panel “Perspectivas de futuro en la actividad de los órganos de control externo, en el escenario de crisis económica internacional”. De izquierda a derecha:

–  Miguel Ángel Cabezas de Herrera Pérez, Síndico de la Sindicatura de Cuentas de Castilla-La Mancha y miembro del Comité Directivo de EURORAI

–  Hubert Weber, Miembro del Tribunal de Cuentas Europeo

– Moderador: Antonio Arias Rodríguez, Síndico de la Sindicatura de Cuentas del Principado de Asturias

– Severiano José Costandrade de Aguiar, Presidente del Tribunal de Cuentas del Estado de Tocantins y Presidente del Instituto Rui Barbosa de Brasil

–  Antonio Carlos Flores de Moraes, Consejero del Tribunal de Cuentas Municipal de Rio de Janeiro.

Pudimos abordar los retos futuros que se presentan a los tribunales de cuentas y su papel en la crisis económica actual, donde surgen algunas nuevas tareas de auditoría mientras que otras ven resaltada su importancia. El consejero Weber puso algunos ejemplos, como el grupo de trabajo de INTOSAI sobre la deuda pública, otro del Tribunal de Cuentas Europeo (TCEu) sobre las oportunidades de auditoría y los riesgos para el TCEu ligados a la actual crisis económica y financiera o incluso el reglamento por el que se crea el “Mecanismo Europeo de Estabilización” que otorga al TCEu el derecho de auditar la gestión de estas ayudas.

Uno de los primeros impactos de la crisis será la reducción de los recursos de los propios órganos de control, así como de su capacidad de respetar sus programas de trabajo. Un riesgo que deben evitar los gobiernos y sus parlamentos.

El público en general vive la crisis actual con desconfianza y percibe un mayor deterioro de la credibilidad de las instancias políticas, tanto gubernamentales como parlamentarias. En estas circunstancias, los OCEX pueden y deben ser una referencia para los ciudadanos, presentando informes objetivos basados en hechos concretos con la finalidad de contribuir a las políticas destinadas a mejorar la gestión de los fondos públicos.

Para constituir una referencia, Hubert Weber entendía que los OCEX deben optimizar su impacto incluso más que antes, respecto de:

 

A) las entidades auditadas,

B) los parlamentos,

C) los medios de comunicación.

A los primeros debe aportarse una crítica constructiva y unas recomendaciones concretas que puedan llevarse a la práctica sin interferir en el ámbito político pero sirviendo de impulso. Tambien cierta capacidad para anticiparse, matizó Weber. Por su parte, los parlamentos son para “un socio esencial en su función de control presupuestario”. Para ello, sugiere una buena práctica consistente en obtener la opinión de los diputados sobre sus expectativas respecto del OCEX.

Para Weber, los medios de comunicación deben constituir un extraordinario aliado del control dado que los parlamentarios por lo general están «enganchados» a ellos, lo que nos permite utilizarlos como vía de transmisión precisa, clara y objetiva de nuestros mensajes. Eso si que es todo un reto.

En mi modesta opinión, en el futuro los ciudadanos podrán acceder con gran facilidad (y en tiempo real) a mucha información sobre las cuentas públicas. No será un proceso fácil sino una conquista legislativa frente a los gobiernos, que permitirá conocer los pormenores de los gastos, de los contratos y donde la gestión 2.0 buscará a facilitar la opinión de los ciudadanos sobre esas transacciones, los comentarios críticos y los análisis políticos de iniciados. En ese momento, el papel de los OCEX será más de certificar que eso que la web pone es la documentación original, añadiendo una orientación de legalidad. Pero será el ciudadano el protagonista del análisis en la próxima década. Un análisis de sus riesgos puede verse en en este informe de la GAO norteamericana.

Ver nota de prensa de las conclusiones.

Ver todas las ponencias.

Un comentario en “Futuro del control externo

  1. Asistente

    Volví a Brasil tras unos días de vacaciones en París. Quisiera prestar testimonio a ustedes que el aspecto de Paris parece más de crisis de lo que Madrid o Canárias. El metro está desaseado, sin señalización correcta. El río Sena está desaseado, como también las calles de Paris.
    Así, espero que ustedes no permitan el pesimismo tomar cuenta, porque por lo menos visualmente España está mucho más bella que Paris.
    Un abrazo

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