
Una de las estrellas que estará presente en el IX CNASP los días 14, 15 y 16 de octubre será Antonio Minguillón Roy, director del gabinete técnico de la Sindicatura de Cuentas de la Comunidad Valenciana y un grandísimo experto en el uso de la tecnología para el control público. Es un habitual en los programas académicos profesionales, como el debate inaugural del IX CNASP. En fin, hasta tiene su propio tag en esta bitácora, por la cantidad de minutos de gloria que nos ha proporcionado. Mi entrada preferida es esta.
Minguillón no deja pasar ninguna oportunidad para predicar la necesidad de adaptarse al nuevo entorno digital para que el auditor público desempeñe un papel estratégico en nuestra sociedad: “en caso contrario, caerá en la irrelevancia más absoluta”, suele concluir. Así lo manifiesta en esta reciente entrevista donde pasa revista a diez cuestiones de la brecha digital en las fiscalizaciones y su relación con el cumplimiento normativo.
El Premio a las Buenas Prácticas 2020 se va hasta el mediterráneo

La Sindicatura de Cuentas de la Comunidad Valenciana ha sido siempre un ejemplo, promoviendo, durante los último años, numerosas auditorías de sistemas de información y de ciberseguridad, a medida que la implantación de la administración electrónica se iba generalizando. De hecho, la octava edición del Premio a las Buenas Prácticas en Auditoría y Transparencia en el Sector Público 2020, que se entregará (virtualmente, claro) el 16 de octubre próximo -antes de la conferencia de clausura- ha correspondido a la Unidad de auditoría de sistemas de información (UASI) de la Sindicatura de Comptes de la Comunidad Valenciana. Ver reseña en esta bitácora de la anterior edición así como de 2016 , el de 2014 y también de 2012).
La UASI, como se conoce coloquialmente, ha sido un órgano pionero en la utilización y el análisis de las nuevas tecnologías en la auditoría pública. Desde que se creó (formalmente en 2008) se ha convertido en un referente a nivel estatal en la modernización de los sistemas de control y rendición de cuentas. Felicitaciones a sus integrantes y a los miembros de la Sindicatura que lo patrocinaron, sobre todo Rafael Vicente Queralt, Síndico Mayor (2003-2016) que entendió su necesidad y sorteó las dificultades que intuyo en la creación. Y a Minguillón, porque la UASI integra el Gabinete Técnico que dirige, que concibió e impulsó.
Minguillón: “El principal riesgo que tenemos todos los auditores, y muy en particular los públicos, es que la realidad nos supere por no encontrarnos preparados para una era que nos guste o no, queramos aceptarlo o no, va a ser digital”.
Hace ya cuatro años, la propia Declaración de Toledo se reconocía sensible al desafío tecnológico que deben afrontar las ICEx. La transformación digital de cualquier entidad pública tradicional supone el principal reto que afronta nuestra sociedad (vacuna covid, aparte). Algo, que para Minguillón exige un proceso de transformación a gran escala así como un cambio general en el reclutamiento y comportamiento de los funcionarios y del nivel directivo, junto con una inversión presupuestaria importante en equipos, formación permanente y programas. “Esto significa que la transformación digital es intrínsecamente difícil”.

Como veis en el gráfico superior, el control interno ya no es lo que era. La administración electrónica, la nube, el loT, el Big Data, el análisis de datos, la ciberseguridad, la inteligencia artificial, etc. son materias que han ido aumentando su presencia en el día a día de las administraciones públicas. Para Minguillón «tienen un efecto absolutamente disruptor, se diría que revolucionario, sobre los métodos de trabajo del auditor público, que debe adaptarse a ese nuevo entorno para desempeñar un papel estratégico». Claro que eso lo debatíamos tomando sidra y quedaron muchos asuntos pendientes la nube. Nos vemos en Salamanca.
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