Con su proverbial elocuencia, Churchill alentó al pueblo del Reino Unido el 11 de mayo de 1940 tras la invasión alemana de Francia después de anexionarse Austria y los Sudetes e invadir Chequia, Eslovaquia, Polonia, Dinamarca y Noruega. De aquél memorable discurso todos recordamos la frase «No tengo nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, …
