
La última semana del mes de octubre participé en un interesante panel del III CONGRESSO INTERNACIONAL DE CONTAS PÚBLICAS que organizaban la Fundação Instituto de Pesquisas Econômicas y la Academia Paulista de Contabilidade. Se trata de Instituciones importantes de Brasil que, con la maestra coordinacion del Dr. Ulisses Sales, no se amilanan ante la pandemia. Hay que avanzar. Que buenos tiempos aquellos cuando las mesas también incluían tenedor, permitían abrazar a tan buenos amigos y disfrutar de mucho pasillo, café y largas charlas informales con colegas. Ahora, sólo trabajo agradable. Pronto volverán.
Con gran despliegue de medios tecnológicos, el título del evento apuntaba hacia la “Gestão e Governança das Contas Públicas”. Nuestro panel estaba presidido por la decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de São Paulo, Monica Caggiano y contaba con la esperada participación del presidente del Tribunal de Contas de Portugal, José Fernandes Farinha Tavares.
Tavares centró su exposición en los impactos provocados por la pandemia Covid-19, en la administración de cuentas públicas. “A pesar de tantas pandemias registradas a lo largo de la historia, no esperábamos experimentar esta situación. ¿Y cómo reaccionamos, como ciudadanos y sociedad?”. Al igual que en el resto de Europa, los órganos del poder legislativo de Portugal promulgaron normas para “afrontar” este nuevo período. “Hoy las leyes se crean para estar vigentes durante una semana, dos, un mes … La expresión que se viene usando es ‘fast long’ (rápido largo). Alguna de las leyes, por ejemplo, ya ha sido modificada más de 20 veces desde marzo. Esto significa que el legislador tiene un escenario estresante para satisfacer las nuevas necesidades de cada día”.
En Portugal, como en España, todos estos cambios tuvieron un impacto importante en el campo de los ingresos públicos, por ejemplo: aplazamiento en el pago de todo tipo de tributos; exención de ciertas tarifas; régimen especial de deuda pública; suspensión del plazo de vigencia de los préstamos a medio y largo plazo; medidas fiscales para eliminar la exención del IVA; liquidación de deudas, etc. Un campo donde los controles posteriores deberán de pronunciarse.
Primer control de daños sanitarios
También es el momento de pintar el escenario vivido y hacer un primer balance (la lucha continúa) de la pandemia de COVID-19. En ese sentido, recordó que la necesidad global de responder a ella llevó a la adopción de medidas asistenciales que condicionaron la realización de la actividad programada no urgente, algo que Portugal decretó el 15 de marzo de 2020, en fechas similares a las españolas. Ponerse al día requerirá la creación de incentivos extraordinarios específicos para la ocasión.
Pues bien, esta misma semana el Tribunal d Contas de Portugal aprobaba el informe que realiza en tiempo récord ese balance preliminar. Como ocurrió en el resto del mundo, la actividad del Servicio Nacional de Salud (SNS) del segundo trimestre de 2020 fue inferior a la registrada en el mismo periodo de 2019, con énfasis en la reducción de la actividad quirúrgica programada (-58%, 93.300 cirugías), de los servicios de urgencias hospitalarias (-44%, 683.389 visitas) y las primeras consultas médicas ambulatorias (-40%, 364.535 consultas).
El Tribunal de Cuentas de Portugal advierte que uno de los mayores retos actuales para el Servicio Nacional de Salud es equilibrar la respuesta a la segunda fase de la pandemia Covid-19 con la garantía de asistencia a pacientes no Covid sin el fuerte incremento de tiempos de espera de la primera ola.
Reconoce que se duplicó el uso de la teleconsulta para permitir la reducción de la actividad presencial en la atención primaria de salud (representan el 65% del total), aunque ha quedado residual para la atención hospitalaria.
Inevitablemente, los tiempos de los usuarios de la lista de espera empeoraron en las consultas externas, de 100 a 171 días, y en los inscritos para cirugía, de 106 a 147 días.
Para los auditores lusos, ponerse al día en el futuro pasa por la creación de incentivos extraordinarios específicos en el sistema de financiación del SNS.
En fin, un documento interesante, una aportación que se dice preliminar a una acción de control en curso pero que anticipa, entre otros aspectos, la necesidad del reconocimiento en el SNS de las mejores prácticas administrativas para la reorganización de los servicios, así como la revisión y adecuación de los planes de contingencia. En este sentido, el informe considera que la recuperación de la actividad no realizada tendrá que darse en un contexto de cuidados adicionales en la práctica clínica, con el riesgo de que la capacidad instalada en el SNS no sea suficiente para hacer frente a este aumento de la demanda sin el fuerte aumento tiempos de espera.

¡En cuántas cosas nos dan lecciones nuestros vecinos portugueses!
Román
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