El funcionario valiente

últimos apuntes de VII Congreso del Observatorio de Contratacion celebrado la semana pasada en la Universidad de Zaragoza
Con Elena Hernáiz, Consejera del Tribunal de Cuentas de España y José María Gimeno, director del VII congreso del Observatorio

Terminó el VII Congreso del Observatorio de la Contratación que se movió en distintos niveles de análisis. Por una parte, presentando los últimos avances de nuestra Administración en un campo tan complicado como es la contratación pública. Pudimos escuchar la opinión de los diversos operadores exigiendo simplificación administrativa, así como a los grandes expertos universitarios, los estudiosos de la aplicación a estos procedimientos de la Inteligencia Artificial (IA) y a los responsables de su control financiero. Pude constatar cuan eficazmente se suscitó el networking, permitiendo a los funcionarios encargados de esa tarea, conocer y conectar con colegas o académicos de otras regiones.

Empezó Lucía Martínez Lorenzo, Alta funcionaria de la DG Mercado Interior de la UE, poniendo de relieve la reciente evaluación de las Directivas que concluye que solo han cumplido parcialmente sus objetivos. Estas normas tienen por objeto garantizar un acceso justo a la contratación pública para todas las empresas, garantizar un mejor valor para los contribuyentes y las empresas. Esta evaluación marca el primer paso hacia la revisión de las Directivas sobre contratación pública de 2014.

Como la misión de la universidad es también fomentar la crítica constructiva y promover la mejora, la retroalimentación o mantener al día a los sectores críticos de la sociedad, pudimos escuchar las reiteradas alertas de los ponentes sobre el objetivo final de todo el proceso licitatorio.

Empezando por el director del Congreso y catedrático de derecho administrativo de la Universidad de Zaragoza, José María Gimeno Feliú, que además publicaba este domingo una tribuna en el diario ABC donde censuraba que en España sigamos contaminados por un error recurrente:

Reducir la contratación pública a un concurso de rebajas no solo degrada la calidad de los proyectos, sino que genera efectos perversos. Presiona a la baja a las empresas serias, fomenta prácticas de dumping social, incrementa el riesgo de retrasos y sobrecostes y, en último término, deteriora la confianza ciudadana en la gestión de lo público”.

Chema Gimeno se ha convertido en la conciencia social de la contratación pública, buscando la “estrella polar” que debe ser el valor y no el precio. He de reconocer que cada vez que voy al parque con mis nietas pienso en el expediente de contratación que dio lugar a la pequeña infraestructura donde juegan los niños. Hay mucha diferencia entre ellos. Tener los hijos por el mundo permite al abuelo comparar los columpios de diversas ciudades. Intento distinguir quien hizo una faena de aliño en la contratación del equipamiento (por precio) y quien se esforzó en aparatos más imaginativos, seguros y estimulantes. Ahí es cuando agradezco a Chema su apostolado del buen gobierno y su poder de convocatoria, la auctoritas que ejerce con discreción y los magníficos resultados que logra en los congresos, todos dirigido con la técnica Mandela que usa incluso en la excursión anual de la Jornada de Panticosa (el pastor corrige rumbo desde atrás, dejando que los más jóvenes y enérgicos de su equipo tiren del rebaño) y que generan un ambiente único y tan apreciado (perdona Chema por el término).

Gimeno Feliú: “Hoy, una administración moderna y proactiva debe saber utilizar de forma correcta el contrato público en tanto forma parte del estándar del buen gobierno”.

Todo eso exige, como apuntó el representante del Ministerio de Universidades Ignacio García Fenoll, la participación de ese funcionario valiente capaz de promover la innovación desde los mismos Pliegos de contratación, incorporando soluciones de vanguardia, fomentando la I+D+i. No es una iniciativa fácil, sobre todo cuando tienes que lidiar con menguadas partidas presupuestarias o jefes temerosos de novedades.

Hubo momentos donde el debate sobre el Contratos Menor llegó a un nivel de detalle. Hoy en día, es imposible sobrevolar el 118 de la LCSP sin enredarse en sus problemas de gestión y fiscalizacion. Los asistentes también tienen sobre la mesa asuntos de menor cuantía que les preocupan y esta es una de las estrellas de ese firmamento, claro. Así, Alfredo Galán, Profesor de la Universidad de Vigo, apoyó formalmente resolver la necesidad de flexibilizar los umbrales de los contratos menores para los pequeños municipios.

Pablo Méndez, Director de sector público en CLS; Gerardo García-Álvarez, Catedrático de derecho administrativo de la Universidad de Zaragoza, Neus Colet, Directora General de contratación pública en la Generalitat de Cataluña; David Alonso, Director Mercado Sector Público en AON e Ignacio García Fenoll, Subdirector de Innovación del Ministerio de Universidades.

Alerta: ¡Infantilización de la Administración!

También hubo momentos de elevación estratégica. Así, las alertas de varias mesas respecto a la externalización de las áreas estratégicas de la Administración. Desde la Catedrática de la UAM, Sílvia Díez, sobre los límites de la externalización, y el abuso de los consultores (Mazzucato y Collington) en áreas estratégicas que conduce a cierta infantilización de la Administración. Hace una década que la Cámara de comptos había remitido al Parlamento navarro un interesante informe -comentamos en su día en la bitácora bajo el título “protegiendo el núcleo duro de la gestión pública”- que concluía que estos procesos de externalización “está suponiendo una pérdida de conocimiento técnico, especialmente en el caso de las contrataciones, sobre la mayor parte de las aplicaciones utilizadas y una cierta descapitalización del factor humano en este ámbito tan relevante para la gestión.”

El asunto es muy serio y sobrevoló en varios paneles durante el congreso, incluso apuntado desde el sector privado que alertó de los riesgos para sectores críticos, como los antibióticos, donde Europa debe ser soberana y otros sectores tecnologicos.

Precisamente este domingo, el director del diario La Vanguardia nos avisaba -ya desde su editorial- del magnífico artículo de Francesca Bria, experta en políticas de digitalización y tecnología de la información, donde repasa como la tecnocracia de Silicon Valley está controlando los sistemas operativos de defensa de EEUU, sus comunicaciones orbitales – satélites-, las redes sociales, los modelos de IA y hasta las redes financieras. Todo al margen de los funcionarios norteamericanos: “Lo que parecía una simplificación burocrática era, en realidad, una entrega estratégica de funciones militares fundamentales a una firma privada”.

En su opinión, las infraestructuras críticas del Estado están siendo reemplazadas y reinstaladas en cinco dominios estratégicos: información de la población, suministro monetario, defensa, comunicaciones orbitales y energia, sectores que constituyen los fundamentos mismos del control democrático:

“Cada nuevo contrato agranda la trampa. Cuando Palantir se vuelve indispensable para las operaciones de gobierno, cuando la OTAN adopta como estándar los drones de Anduril, cuando las instalaciones nucleares alimentan los sistemas de IA que dirigen todo lo demás, el cambio es irreversible”.

De izquierda a derecha: Alberto Dorrego de Carlos. Secretario General CCIES; Carlos Borrego, SEOPAN, Ramón Camp Batalla, moderador, Teresa Moreo. Especialista en contratación pública y Esther Borao, Directora del Instituto Tecnológico de Aragón.

 


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