El Parlamento de Galicia atribuyó en 2015 al Consello de Contas unas funciones de prevención de la corrupción junto a la clásica tarea de fiscalización del sector público autonómico. Siguiendo un modelo similar al implantado en Portugal se evitó crear un organismo especializado, como se hizo en las CCAA mediterráneas a través de oficinas antifraude.
La maquinaria del Consello fue poniéndose paulatinamente a funcionar (sin aumento de medios) aprobando hace dos años una estrategia, donde se definían los ejes de actuación del modelo de prevención de la corrupción. Más adelante, se elaboró la consiguiente metodología y el catálogo de riesgos para la implantación de los planes de prevención de la corrupción.
Ahora acaba de hacerse público el interesante documento Diagnóstico de los sistemas de control interno y estrategia de prevención de riesgos de la corrupción en la Administración general. Se trata de una revisión integral del control interno, que se completará con otras revisiones sectoriales programadas en el plan de trabajo sobre áreas específicas de gestión como la contratación o las subvenciones.
El interesante trabajo de evaluación hace una descripción del funcionamiento de los elementos del control interno existentes, tal como los entiende COSO, cualquiera que sea su grado de implantación, identificando las actuales políticas de integridad en las que se ejecutan los recursos públicos, y realizar un diagnóstico sobre el cual trazar una estrategia, proponiendo acciones de mejora para fortalecer ese control interno, y el fomento de la integridad y prevención de riesgos de la gestión.
Este nivel de valoración que se ve en el cuadro siguiente pone de manifiesto que en la Administración autonómica existen medidas y se realizan acciones y esfuerzos propios de un sistema de integridad institucional, como serían la normativa sobre transparencia y buen gobierno, incompatibilidades de altos cargos, la aprobación de un código ético institucional, la exigencia de adhesión de altos cargos, una comisión de evaluación del código ético, o un control económico- financiero de conformidad con las disposiciones establecidas en la normativa aplicable, pero que estas acciones aisladas necesitan de un impulso para constituir un sistema consolidado, integrado con los procesos institucionales y sujeto a autoevaluación y mejora continua.
En conclusión
Con los parámetros definidos por el Consello para alcanzar los estándares de un sistema consolidado e integrado, en este momento la valoración de la implantación de los elementos de control interno para prevenir la corrupción se situó en un nivel MEDIO, y por lo tanto con aspectos que precisan de un mayor desarrollo que se deben abordar de forma gradual para mantener la gestión actual en términos de coste asumible para las medidas a implantar.
Para los muy cafeteros puede ser de interés el video de la Jornada sobre la Directiva europea relativa a la protección de los denunciantes de corrupción, celebrada el 11 de diciembre pasado en la Fundación Universidad-Empresa de la Universidad de Valencia.
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