La Universidad de Salamanca lleva unos años organizando junto al Instituto Rui Barbosa de Brasil, un congreso orientado a los principales temas de preocupación del mundo de la fiscalización y del control público iberoamericano. El uso habitual e indistinto del castellano y del portugués en ponencias y debates supone un interesante atractivo, aunque en el caso español disuade por nuestra poca empatía en el aprendizaje del portugués. He de reconocer que uno de los bagajes que me traje de los cinco años que trabajé en la gerencia de la Universidad de Salamanca fue el descubrimiento de Portugal. Después llegaría a Brasil gracias a buenos amigos consejeros y altos funcionarios de sus tribunales de cuentas que siempre han sido extraordinarios anfitriones.

Estoy en deuda personal e institucional con ellos, así que, pandemias aparte, regularmente molesto a mis amigos españoles y organizamos esa reunión fraternal codirigida por Sebastiao Helvecio y por mi mismo, donde les presentamos nuestros avances y conocemos los suyos. Este año teníamos como lema Fiscalización y Valores Democráticos y discurrió entre el 29 de Mayo y el 1 de Junio de 2023, con cuatro áreas de estudio: el papel de los tribunales de cuentas, la gestión y fiscalización de la pandemia, la política de comunicación y la judicialización de las instituciones de control.

Uno de los paneles más interesantes corrió a cargo de Carmen Rivas (Directora del Gabinete de la Cámara de Cuentas de Aragón) junto a Adircélio de Moraes Ferreira Júnior (Tribunal de Cuentas de Santa Catarina y Vice-Presidente de la Asociación de Miembros de los Tribunales de Cuentas de Brasil) que comentamos a continuación.

Lo cierto es que Carmen Rivas ofreció una de las conferencias más brillantes del congreso. Un esfuerzo que hay que agradecer a su persona y a la institución de la Cámara de Cuentas de Aragón, que en tan solo unos días después afronta uno de los grandes eventos del año con sus Encuentros técnicos. Los colegas brasileños quedaron impresionados por la frescura del mensaje y la capacidad de comunicación para hablar de comunicación.

Los miedos de la comunicación institucional

La Cámara de Cuentas de Aragón, que preside Alfonso Peña, ha realizado muchos esfuerzos en el área de divulgación, donde es vanguardista, como ya avanzábamos aquí. Su responsable, Carmen Rivas, comenzó tajante su exposición aludiendo al lema del panel del congreso: “sin una comunicación adecuada de los informes y de la actividad de los ICEX no hay verdadero control público, ni contribución a la búsqueda de la verdad”. No conviene olvidarlo.

En esta bitácora hemos tocado el tema muchas veces. Prueba del creciente interés es que la próxima semana, los XV Encuentros Técnicos tendrán un Grupo de trabajo específico de Comunicación OCEX -durante la mañana del viernes 9 de junio- donde varias comunicaciones profundizarán en el asunto. Hay canal de youtube.

La comunicación en los ICEX es una necesidad incuestionable para que puedan cumplir la misión que tienen atribuida: “Esto es así, porque la comunicación impacta directamente en los fines que persiguen: asegurar la transparencia, la rendición de cuentas, la eficiencia en la gestión pública, la legalidad y la mejora de la gestión pública”. Más expeditiva fue en su ejecución:” la comunicación en las instituciones de control es una responsabilidad social frente la desinformación: no admite excusas y justifica su consideración estratégica dentro de la organización, la asignación de recursos y la selección de los profesionales adecuados”. Tienen mucha miga estas sencillas afirmaciones. Se detuvo en los diversos Miedos y desconfianzas hacia la comunicación, en general, y hacia los periodistas, en particular, desde quienes sólo usan el lenguaje técnico y representan la especialización extrema.

El producto estrella del auditor (los informes) con su rigor, solvencia e independencia puede acabar siendo excesivamente “obtuso, largo, alejado temporal y anímicamente de las preocupaciones sociales”

Respecto a la difusión de los informes, Carmen no se anduvo por las ramas respondiendo a la retórica cuestión ¿De dónde venimos?: “De un erial con meritorios ejemplos de vegetación espontánea”. Los colegas brasileños asentían maravillados ante una descripción tan cruda, que ellos también combaten, y están cambiando. “la falta de cultura en las organizaciones, la carencia de profesionales integrados en las estructuras, la comodidad … traen como consecuencia unas estructuras cojas de periodistas y la ausencia de una comunicación planificada”.

Cuando se preguntó ¿Dónde estamos? Su respuesta volvió a ser crítica en un ejercicio práctico de buen periodismo: “Sacudiendo telarañas y abriendo las ventanas”. Destacó entre los primeros el trabajo pionero de la Cámara de Comptos así como el impulso creciente del Tribunal de Cuentas de España en esta materia. Como razones de esa leve mejora señaló la aparición de nuevos perfiles liderando las instituciones de control, con periodistas en puestos de responsabilidad” y -lo que es muy importante- “con influencia en las organizaciones, profesionalizando la comunicación, con planes de comunicación que conllevan un progresivo cambio de mentalidad”. El mejor ejemplo es la transición sufrida “desde la nota de prensa elaborada por auditores, hasta la nota y los resúmenes elaborados por periodistas, los vídeos, las infografías, las redes sociales, las declaraciones de los responsables … “.

En definitiva, quédense con esta primera estación del viaje hacia la “humanización” de los ICEX: “los informes con alma y una mayor presencia en la sociedad. Como los buenos exploradores: sin miedo, ilusionados, preparados y con prudencia. Con la comunicación como una fase más del proceso de auditoría” En términos gráficos, como buena comunicadora lo resumió así: “no es la guinda del pastel, es un ingrediente más de la masa o de la cobertura”. Para ello entiende impresindible un trabajo conjunto (auditor-periodista), una visión estratégica (identificación de públicos, diferenciación de productos, asignación de recursos, etc) y, sobre todo que entendamos a “los periodistas como nuestros aliados. Lo que no se comunica no existe, lo que no se conoce no se ama”.

Una de las mejores conferencias que he escuchado. Carmen, espero no haberte estropeado tu próximo artículo, pero no podía embargar tantas buenas ideas, que esperemos destripar la próxima semana en Zaragoza. Gracias en nombre de mis brasileños por debatirlo antes con ellos en el IV congreso de control público. Los Tribunales brasileños tienen mucho potencial y energías dedicadas a la comunicación y son un referente. No es fácil impresionarles, porque van, en este y otros temas, muy por delante de nosotros. Seguiremos informando de la productiva reunión salmantina.