Con frecuencia, el gestor publico que se enfrenta al informe de auditoría plantea sus alegaciones con argumentos en disculpa, defensa o justificación de las observaciones planteadas.
Como los informes van destinados al Parlamento y a la opinión pública, el gestor puede tener interés en probar (no sólo basta anunciarlo) que, en la actualidad, las deficiencias señaladas están subsanadas o se inicia el procedimiento para su arreglo.
Así, es habitual este tratamiento en materia de inventario o aplicaciones informáticas de gestión: “como se ha puesto de manifiesto al equipo fiscalizador, esta situación está subsanada con la reciente contratación de … “. A veces no es posible decir otra cosa que “se está trabajando en subsanar la carencia”.
Pero … ¡cuidado con prometer demasiado! Los OCEX suelen hacer informes de seguimiento de recomendaciones y en algunos casos entran en el “seguimiento de las alegaciones”. Así el informe de la Universidad de Barcelona 2006-2007 incorpora el seguimiento de las promesas realizadas durante la anterior auditoría. Los resultados parecen bastante desalentadores. Ver por ejemplo la página 106 y siguientes:
Otras veces, el gestor busca resaltar la colaboración o la ausencia general de ilegalidades. Se trata un desahogo, cuyo mejor ejemplo lo encontramos en el Informe de fiscalización de RTV de Castilla La Mancha-2004, que empieza el capítulo de alegaciones (pág. 66) con esa proclama, que parece más destinada a sus colegas de los medios de información:

En el Tribunal de Cuentas Europeo encontramos un perfecto ejemplo de respeto institucional del principio contradictorio. Las respuestas de la Comisión a las observaciones del Tribunal se presentan simultáneamente en el informe. En su descripción de las constataciones y conclusiones, el TCEu tiene en cuenta la respuesta correspondiente del auditado ofreciendo su contenido en la mitad derecha de la página del informe, para que el lector tenga una valoración completa de la fiabilidad de las cuentas y de la legalidad y regularidad de las operaciones. Veámoslo:

Alegaciones que son provocaciones
Alguna vez, los gestores caen en la tentación de aprovechar el documento de alegaciones para “ajustar cuentas” con los auditores. Algunos OCEX prevén (expresa o tácitamente) la posibilidad de no publicar aquellas afirmaciones que carezcan de relación con el contenido del informe así como un cierto derecho de réplica para para rebatir en un anexo de Contestación a las alegaciones. Uno de los mejores ejemplos lo encontramos en el informe Universidad Pública de Navarra 2001-2003. Allí, en la página 195 y siguientes, el Rector saliente decía lindezas (la negrita es mía) como estas:
4ª.-Finalmente, tras la lectura del Informe, cabe plantear una serie de cuestiones: ¿Quién audita a la Cámara de Comptos de Navarra? ¿Son públicos estos informes de auditoría? ¿Se presentan en rueda de prensa ante los medios de comunicación? ¿Podrían optar, el resto de organismos públicos, a ser auditados por los mismos auditores que auditan al organismo público Cámara de Comptos de Navarra? ¿Y al mismo tratamiento en la difusión de los informes de auditoría?
CONCLUSION
Tanto desde mi conocimiento de los hechos y mi experiencia personal como desde mi proceder en el ejercicio de cargo público como Rector, tengo que concluir que es una lástima que la Cámara de Comptos de Navarra, además de realizar los correspondientes informes de fiscalización, no aproveche sus medios y conocimientos para contribuir y colaborar con la Universidad Pública de Navarra, y muy especialmente en sus primeras etapas de existencia, en la mejora de los aspectos económicos, de control y transparencia de sus cuentas, y de cumplimento de la normativa contable vigente. Por el contrario, lo que se propicia y genera con cada informe de auditoría es la aparición de unos titulares informativos en los medios de comunicación que dañan y deterioran de forma desproporcionada la imagen de una institución, pública y de Navarra, de la importancia y trascendencia de la Universidad Pública de Navarra para la Comunidad Foral de Navarra y, muy especialmente, para todos sus habitantes.
Por supuesto, las afirmaciones fueron combatidas con elegancia y contundencia. Destacamos la última contestación (6ª) en la página 210:
Lo que realmente daña la imagen de la Universidad Pública no son los titulares de los medios informativos ni los informes de esta Cámara de Comptos, sino la falta de decisión de sus responsables máximos para mejorar la gestión de una entidad pública tan necesaria para la sociedad navarra y que es financiada en un 85 por ciento con fondos públicos aportados por todos los navarros.
¿Qué logró el gestor con ese ataque? Nada. Seguramente era el final de un largo enfrentamiento, acrecentado durante el trabajo de campo.


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