Construyendo Europa

La financiación comunitaria (FEDER, Fondo de cohesión) junto a otras medidas de la Comisión Europea han contribuido a la construcción de la red básica transeuropea de transporte (RTE-T) de vías rápidas, que veis en el mapa superior. Una infraestructura que está logrando resultados positivos para los viajeros, como la reducción de los tiempos de desplazamiento o el aumento de los kilómetros de autopistas.

El Tribunal de Cuentas Europeo acaba de publicar el Informe Especial 9/2020 con su habitual título-resumen constructivo: «Red básica de carreteras de la UE: se han reducido los tiempos de desplazamiento, pero todavía no es plenamente funcional». El gasto medio en mantenimiento de carreteras de los Estados miembros se redujo prácticamente a la mitad entre 2007 y 2017. De los cuatro países visitados, España fue el único en el que el estado de la red se consideró en general bueno.

Los auditores valoran positivamente el logro de estos resultados, pero “la mayoría de los Estados miembros de Europa central y oriental presentan retrasos y solo se han completado alrededor de 400 km de nuevas carreteras de esa red con apoyo de la UE desde 2014”. Además, existen obstáculos para la movilidad sin fisuras pues algunos tramos transfronterizos no están completos y no hay un enfoque suficientemente coordinado para garantizar las zonas de estacionamiento y las infraestructuras de combustibles limpios. Además, el mantenimiento insuficiente de los Estados miembros pone en riesgo el estado de la red a largo plazo.

Desde 2007, la Comisión ha concedido a los Estados miembros 78 000 millones de euros para construir nuevas carreteras y renovar las ya existentes, de los cuales alrededor de 40 000 millones de euros destinados a carreteras de la red.

La mayor parte del trafico europeo de pasajeros y mercancías circula por carreteras. La Comisión busca completar en 2030 casi 50 000 km de autopistas y vías rápidas en los nueve corredores de la red básica de la RTE-T y en todas las rutas principales de trafico de la UE.

Los auditores evaluaron los avances realizados en la consecución del objetivo de completar la red básica de carreteras y de que esta esté plenamente operativa. También comprobaron la contribución de los Estados miembros al mantenimiento de carreteras.

Entre 2007 y 2017 se construyeron alrededor de 3 100 km de autopistas con el apoyo de la UE, lo cual contribuyó a que los desplazamientos fueran más rápidos, más seguros y mejores. Sin embargo, de los 2 000 km de autopistas nuevas previstos en el período 2014-2020, en el momento de la auditoría (final de 2019), se habían completado menos de 400 km.

Los auditores señalan que existe una brecha en el nivel de desarrollo de la red básica entre los Estados miembros occidentales y los centrales y orientales.

La Comisión ha desempeñado un papel estratégico significativo al conceder prioridad a la finalización de las rutas de tráfico más importantes: ha introducido la red básica y los corredores en los Reglamentos de la UE, ha impuesto condiciones para la financiación y ha instado a los Estados miembros a que den prioridad a la RTE-T en su planificación. Sin embargo, los Estados miembros reservaron para la red básica solo un tercio de la financiación de la UE disponible para 2014-2020, aunque, en la mayoría de los Estados miembros centrales y orientales (principales beneficiarios de fondos estructurales de la UE) la red había experimentado bajas tasas de finalización.

Para el Tribunal de Cuentas, la Comisión no siempre realiza un seguimiento de toda la red básica y carece de objetivos intermedios para evaluar los avances con exactitud y realizar previsiones fiables sobre su probable finalización en 2030. Estas insuficiencias en el seguimiento, así como la falta de fiabilidad y puntualidad de los datos de los Estados miembros, frenan su capacidad de tomar medidas correctoras oportunas en caso necesario.

Los auditores advierte del contrasentido que significan unos presupuestos nacionales de mantenimiento disminuyendo de forma constante en vez de aumentar a medida que la infraestructura crece cada vez más, y los enlaces clave envejecen. Aunque esto puede afectar a la plena funcionalidad de la red de aquí a 2030, la Comisión no tiene herramientas para verificar si los Estados miembros disponen de un sistema sólido que garantice el correcto mantenimiento de sus carreteras.

El informe recomienda a la Comisión conceder prioridad a la inversión en la red básica de carreteras, mejorar los mecanismos de seguimiento y reforzar su enfoque para garantizar que los Estados miembros lleven a cabo un mantenimiento adecuado de la red, que sigue creciendo.

La auditoría de gestión fue dirigida por Ladislav Balko, Miembro del Tribunal, asistido por Branislav Urbanic, jefe de Gabinete, y Zuzana Frankova, agregada de Gabinete; Pietro Puricella, gerente principal; Aleksandra Klis-Lemieszonek, jefa de tarea; y los auditores Marjeta Leskovar, Fernando Pascual Gil, Svetoslav Hristov, Zuzana Gullova y Valeria Rota. Zuzanna Filipski y Petra Karkosova prestaron asistencia lingüística.

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