De los átomos a los bits

La semana pasada leíamos la noticia de que la compañía Amadeus adelantaba a Telefónica en capitalización bursátil y le arrebataba el quinto puesto en el Ibex 35. Los problemas de valoración son otro de los grandes retos de la economía.

El tema me ha recordado que durante la década de los noventa se hizo popular titular con epígrafes «del bit al átomo», como ahora deshacemos en esta bitácora. El rector salmantino, Ricardo Rivero, suele citar la conocida reflexión de Bernard Shaw (¡hace casi un siglo!) que decía “Si tú tienes una manzana y yo tengo una manzana, y las intercambiamos, entonces tanto tú como yo seguiremos teniendo una manzana. Pero si tú tienes una idea y yo tengo otra idea, e intercambiamos ideas, entonces ambos tendremos dos ideas”. El escritor intuía una de las características de los bienes públicos puros (consumo no rival) que la economía moderna ha ido matizando y sobre la que escribimos hace doce años.

Entonces bromeábamos sobre el valor razonable del himno de Asturias. Transitábamos por una época de preponderancia de lo financiero sobre lo industrial que veíamos con desconfianza, Ahora entramos en un momento histórico donde lo digital es más valorado que lo tangible. Las empresas comienzan a tener un mayor inmovilizado intangible en su activo, con más capital intelectual o más marca. Aunque me considero bastante heterodoxo, no acabo de acostumbrarme a que la agencia proveedora de soluciones tecnológicas para las compañías aéreas valga más que las propias compañías aéreas, como apunta esa noticia de Expansión.

Hoy en día, el 80 por ciento del gasto en la OCDE se destina a servicios o bienes intangibles. Afrontamos una «desmaterialización» de las economías que exige una reconsideración de todos los conceptos económicos, entre ellos la productividad. Esto conduce, en el sector privado, a un cambio del tradicional protagonismo de la contabilidad. El Contable no puede estar ajeno a esta nueva realidad.

Aún así, como tuvimos ocasión de señalar en la entrada anterior, el papel tanto de los contables como de los auditores en la elaboración de las Cuentas Anuales, así como las responsabilidades de quienes tienen que aprobarlas o supervisarlas, se mantiene sin mayores cambios. Sus informes están más destinados a cumplir con el Ministerio de Hacienda, cuyo afán recaudador inhibe tales “moderneces”.

Sin embargo, la información puesta a disposición del resto de “interesados”, en especial para la dirección o la propiedad, conlleva otras aproximaciones que superan con creces los requerimientos de transparencia fiscal. Informaciones diferentes para propósitos distintos, como apuntamos en la entrada anterior. Por ejemplo, como la responsabilidad del viaje de los directores financieros supera la curva fiscal, sus luces largas necesitan de otra energía informacional acorde a la complejidad sinuosa del mundo actual.

Interesante jornada del Club de calidad en la que participo el 6 de febrero próximo

Hay un gran sector doctrinal que apunta un amplio cambio sustancial que afecta a la dirección financiera de las organizaciones, cuyos responsables se entiende deberán repensar su papel y la manera de trabajar. Así, recientemente encontramos dos interesantes estudios. El primero, bajo el título Finanzas: ¿un viaje al futuro?, ha consultado a más de mil directivos internaciones sobre el papel de la función financiera en las empresas. El segundo, Tu función financiera está lista para el cambio, ¿y tu?, examina esa labor de 700 compañías de todo el mundo e incluye una comparativa de la relación coste/eficiencia de la función financiera por sector.

Los fines de los contables son los medios de los directores financieros.

En el libro (¡en descarga libre!) resultado del homenaje al catedrático de contabilidad en la Universidad de Oviedo Antonio López Díaz con ocasión de su jubilación, encontramos algunas referencias interesantes sobre el futuro de esa profesión, como responsable de sistemas de información. Así, la contribución de sus colegas de la Universidad de León, Enrique López y Cristina Mendaña -que podéis leer a partir de la página 259- se titula “ se titula “La Información para la toma de decisiones de la próxima generación de contables de gestión” y no tiene desperdicio. Ante la digitalización, incluye en el epígrafe 4 una propuesta “Dodecaédrica de nuevas competencias y pensamientos”. Los autores rescatan el término “versatilista” para describir una nueva habilidad de los perfiles profesionales que aúnan “la profundidad de un especialista con la amplitud de un generalista”, capaces de adaptarse constantemente aprendiendo y creciendo. Los contables del futuro, como los auditores, deben encontrarse cómodos y sueltos en el mundo digital o, en caso contrario, cuando nos despertemos, el dinosurio yaá n ao estrará allí. En las nuevas generaciones viene incorporado de serie.

La propia Declaración de Toledo reconocía hace cuatro años este desafío tecnológico, en este caso para auditores, pero también para contables de la administración electrónica, exigiendo un esfuerzo organizativo para introducir en las plantillas expertos con perfil informático, así como amplios esfuerzos formativos en esta materia para todo el personal.

Nota de sociedad para muy cafeteros: el 1 de febrero finaliza el plazo del primer turno para solicitar las prácticas en el Tribunal de Cuentas Europeo.

5 comentarios en “De los átomos a los bits

  1. Javier G.

    Sin duda cada vez tenemos todo más al «alcance de la mano» … en una APP.

    Cuántas funciones incorporan hoy nuestros dispositivos móviles ?. ¿Cuántas gestiones podemos realizar hoy con nuestros dispositivos móviles?. ¿Cuántas fábricas, en el sentido tradicional del término, se ha llevado por delante -y seguirá haciéndolo- la digitalización?. ¿Cuántos intermediarios?. ¿Qué no es cada vez más inmediato?

    Antaño a los grandes empresarios se les asociaba con la idea de grandes fábricas y maquinaria pesada: activos materiales en toda regla.

    Un gran magnate, hoy, puede hacer prácticamente todo con un buen teléfono móvil en la mano desde cualquier lugar del mundo, con buena «conexión», eso sí.

    Y lo curioso de la transformación de lo material en digital es que cada vez más todo está más al alcance de más personas.

    Realmente, ¿no está perdiendo fuerza el concepto del magnate?. ¿Qué es ser rico hoy … cuando de manera exponencial más y más personas, independientemente de nuestra condición económico/social, nos pasamos más tiempo pegados a nuestros dispositicos móviles … haciendo cosas parecidas?

    Tengo la sensación de que tal como pasa el tiempo, cada vez más, todos tenemos más todo … al alcance de la mano. Y esta sensación, por otra parte, me conecta con la idea de una Renta Básica Universal … pero ese es otro tema ahora.

    Y sin duda, los contables que basamos nuestra disciplina en la propiedad y en el mantenimiento y crecimiento del patrimonio, estamos llamados a cambiar de marco conceptual.

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