Con ocasión de nuestra participación en el primer Congreso del Tribunal de Cuentas de Panamá, la semana pasada me desplacé a la Universidad de Antioquia, en Medellín (Colombia) junto a Olayo González Soler, Fiscal-Jefe del Tribunal de Cuentas de España. La Escuela de Gobierno y Políticas Públicas que dirige el Dr. John Cardona – en la foto de arriba entre nosotros, bajo el lema del campus- propició una fructífera reunión de trabajo con el equipo rectoral y una representación de cargos directivos universitarios.
Ya había participado antes en un par de videoconferencias con ocasión de los Encuentros Internacionales de Control Interno que dinamizaban los funcionarios del servicio de auditoría de la Universidad, con Jaime Obando Cárdenas al frente. La invitación me ha permitido comprobar las grandes mejoras experimentadas en la ciudad de la “eterna primavera” y la vanguardia en que sigue la Universidad de Antioquia.
La única línea de metrocable, que tanto me había impresionado en mi anterior visita de 2007, se ha visto ampliada y mejorada con nuevas infraestructuras que solucionan muchas necesidades diarias al ciudadano medio. El metrocable es un ágil sistema de transporte del tipo teleférico -complementario al metro- ahora compuesto por tres líneas que cubren una extensión total de diez kilómetros. Este modo de transporte atiende las necesidades de los sectores menos favorecidos de la ciudad, como las comunas nororiental o centro-occidental permitiendo integrar a algunas áreas de difícil acceso con el Metro de Medellín y reduciendo a niveles europeos la delincuencia en las favelas de las montañas que circundan esta entrañable área urbana que aglutina casi cuatro millones de habitantes.
La reunión con los directivos de la Universidad de Antioquia, una veintena de representantes del Consejo Rectoral y del Consejo Académico, con los vicerrectores Administrativo, de Investigación, de Extensión y el Secretario General al frente, reflejó el interés por la gobernanza institucional y los aspectos de control interno. La Universidad iberoamericana también se plantea la búsqueda de la excelencia en su modelo de gobierno, permanentemente cuestionado. Eso por no hablar de la seria amenaza que se cierne sobre el modelo de negocio. La Organización Mundial de Comercio tiende a considerar a las universidades dentro de las libertades de establecimiento y mercado a proteger, con las dificultades que apareja, tanto en la actividad presencial como On line. En una década presenciaremos una verdadera avalancha en el mercado de títulos.
Tras la reunión de rectores en Rio durante el mes de julio pasado, auspiciada por Universia, se plantean algunos interrogantes para la educación superior:
- ¿Fusiones de universidades?
- Nombramiento de sus máximos gestores: ¿Elección o designación?
- ¿Suficiente rendición de cuentas?
- ¿Participación sociedad y de la comunidad universitaria?
- Esquemas de Financiación: ¿suficiencia, eficiencia y equidad? ¿Nuevas fuentes de ingresos?
Los interesantes debates y documentos ya están disponibles dieron lugar a una declaración de la que se destacan las universidades más sólidas y con prestigio internacional caracterizadas por una “gobernanza flexible y profesional” con una moderna estructura organizativa, “ágil, cualificada y responsable, con las más modernas técnicas de gestión y esquemas de dirección y administración, con eficaces sistemas de información para la toma de decisiones, y que incorpore procesos de mejora de los rendimientos de la actividad universitaria”.
La famosa excelencia universitaria
Volviendo a la conferencia y el debate con los directivos, un Decano me preguntó cual era, en mi opinión el papel de la Universidad en el mundo de la gestión. Sin duda, mi contestación será siempre “estar en la vanguardia” también en las mejores prácticas de la Administración, lo que debería involucrar las últimas técnicas presupuestarias, los mejores informes de rendición de cuentas, los funcionarios más innovadores, las nuevas tecnologías aplicadas a la gestión, al análisis de riesgos, etc. La Universidad debería marcar el rumbo de las restantes Administraciones, también con su ejemplo.
Desgraciadamente, pienso que es así y no se prima la excelencia en la gestión. Las gerencias universitarias parecen ir a remolque de las circunstancias, de los recortes, de las dificultades de profesionalizar y captar talento para nuestra Administración, con académicos que temporalmente van realizando las principales tareas directivas y que, con algunas pocas excepciones, no dejan crecer la hierba alrededor. De todo esto hablaremos, en un par de semanas, en las XXXII Jornadas de Gerencia Universitaria.
Queda mucho por realizar pero algunos retos se están alcanzando, aunque con distinta velocidad de crucero. Así, la obtención de los primeros frutos de la contabilidad analítica a través de la aplicación de Cooperación Universitaria como puede verse en esta reseña de la universidad de Extremadura.
Termino con dos brillantes reflexiones aparecidas en la prensa durante los últimos meses.
Víctor Lapuente Giné, del Instituto de Calidad de Gobierno de la Universidad de Gotemburgo, en un reciente artículo con el sugerente titulo “La Universidad: no es el dinero, señores” termina afirmando:
La reforma de la universidad es un tabú para nuestra derecha, que siempre ha mirado más al modelo francés de sector público (burocrático, con sus cuerpos administrativos) que al modelo anglosajón (más cercano al mercado). Y también es un tabú para la izquierda, porque reforma se asocia a neoliberalismo. La izquierda ha mirado más a lo que ha ocurrido en América Latina – obviamente, reformas que hay que evitar – que a las reformas radicales del sector público llevadas a cabo por socialdemócratas en la Europa del Norte.
José Luis Puerta, doctor en Filosofía y médico, termina su tribuna en El País, titulada “La universidad a la que vuelve Rubalcaba” recordando que si alguno de los 680 galardonados con el Premio Nobel hubiera pretendido una plaza en nuestra universidad, “su peculiar forma de gobernanza lo hubiera impedido. La misma que, por ejemplo, le impide al doctor Pérez (Rubalcaba) tras 30 años de experiencia política en primera fila, regresar como profesor a una facultad de Políticas o Sociología, en vez de la farsa (legal) que supone su vuelta a la de Química. Pero cambiar esto significaría traicionar el castizo e inspirador lema que alienta a todo el sistema educativo español: ¡defendella y no enmendalla!”
Como penitencia por tanta melancolía, debemos ver el video de un buen conocedor del mundo universitario como Xavier Marcet (también hablará en las Jornadas de Gerencia Universitaria de Badajoz) con una hora de intensa creatividad e innovación en la gestión, plagado de ejemplos que nos motivarán:
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