
El lunes 13 de octubre se presentó en el Congreso de los Diputados el libro “La Universidad española en cifras”. Se trata de una esperada publicación que cada dos años promueve la Conferencia de Rectores de las Universidades españolas (CRUE) con una completa información estadística del sistema universitario público español (ver mi entrada de hace dos años o mi artículo de hace cuatro años).
En esta edición, el profesor-doctor Juan Hernández Armenteros compila en un voluminoso trabajo toda la información académica, productiva y financiera de las universidades públicas españolas durante el ejercicio 2006 y el curso académico 2006-2007. Un sector que el autor conoce como pocos tras trece años al frente de la gerencia de la Universidad de Jaén.
Información financiera
Decía Gouncourt que la estadística era la primera de las ciencias inexactas. No podemos sacar conclusiones precipitadas con sólo un cuadro; el libro tiene cientos a lo largo de sus 686 páginas. Así a la pregunta de: ¿Está mi universidad bien financiada? Debemos decir: ¡depende! Si tenemos en cuenta la aportación del las Comunidades Autónomas (CCAA) en función del Producto Interior Bruto (PIB) tenemos este cuadro, que encabezan las comunidades valenciana, andaluza y madrileña.
Porcentaje de Transferencia corriente de la administración educativa/PIB

Pero si se tiene en cuenta el número de estudiantes y se pone en relación con ellos el gasto total, obtenemos otro ranking (ver cuadro siguiente), que encabeza Cantabria, Navarra y Cataluña. Ya hemos dicho en otra entrada que este indicador engloba demasiadas cosas (docencia, investigación, extensión) por lo que yo siempre he manifestado mi preferencia por la ratio de Transferencia Corriente de la Administración Educativa (TCAE- vulgo: nominativa) por estudiante, donde las medallas van a parar a Navarra y a las Comunidades valenciana y cántabra.

Como puede verse hay indicadores para todos los gustos.

Información académica
En los últimos años, el observatorio incluye interesantes datos de rendimiento académico. Debemos denunciar también que algunas Instituciones no han contestado a la estadística que el laborioso de Juan Hernández les ha requerido. Las Universidades de Málaga, León y Rey Juan Carlos no quedan en buen lugar .
Una breve comparación 2000-2006
Partimos de la base de que España ha perdido un 12% de alumnos presenciales, en lo que va de década. Pero sigue graduando la misma cantidad: en torno a 146.000 licenciados y diplomados en el curso 2006/2007, lo que es una buena señal de eficacia, en una primera lectura. Pero lo hace con un 50% más de presupuesto y un 15% más de profesores que en el año 2000, lo que se explica por el incremento de las titulaciones ofertadas y la mejora de las infraestructuras. A más edificios y más titulaciones. más grupos diferentes y por lo tanto más profesores.
¿Cómo es posible que con esas mejoras presupuestarias no salgamos del pelotón universitario mundial? Lo cierto es que, durante el sexenio mencionado, el PIB español se disparó haciendo muy difícil alcanzar el objetivo del 1.5% del PIB al final de esta legislatura. Además se calcula la necesidad de una financiación adicional para la adaptación al espacio europeo, en torno al 0,1 por ciento del PIB.

Resultados académicos
El informe distingue entre “Tasa de rendimiento” (% de créditos aprobados sobre el total de los créditos matriculados) y “Tasa de Éxito” (% de créditos aprobados sobre el total de los créditos evaluados). Con ellos se construye la tabla adjunta, por grandes áreas científicas, que confirma la queja habitual del profesorado sobre los pocos alumnos que se presentan a los exámenes.
Por eso, cuando se comparan los porcentajes de “aprobados” con los “presentados”, el éxito académico en la Universidad es alto: tres de cada cuatro superan las materias. Como es habitual, la mayor dureza se encuentra en las ingenierías con el 64,6% de éxito tras los exámenes. Pero otros muchos estudiantes ni van a clase ni serán evaluados ¿Les falta motivación?
El propio Juan Hernández llegó a proponer en múltiples foros la gratuidad de las primeras matrículas y una alta penalización en las repeticiones. Debemos recordar que, según el informe del Tribunal de Cuentas sobre la Universidad pública española publicado en febrero pasado, cada crédito de ciencias experimentales, por ejemplo, “cuesta” a la Administración 277 euros, cuando el alumno paga apenas una décima parte.
:
|
Humanid. |
Sociales |
Experim. |
Salud |
Técnicas |
Total |
|
|
Rendimiento |
64.8 |
62.5 |
60.3 |
75.1 |
54.3 |
61.6 |
|
Éxito |
86.6 |
80.1 |
77.9 |
85.4 |
64.6 |
76.6 |
La universidad española se encuentra en un momento crítico y debemos convencer a la sociedad civil de su importante rol. Sólo contamos con nueve instituciones en el TOP’500 del ranking mundial, elaborado anualmente en Shangai. No tenemos ninguna Universidad en el TOP’100, mientras que Francia incluye tres centros parisinos. Sin embargo, creo que la universidad “media” española es bastante mejor que la francesa, donde un despacho de profesor es poco más que un lujo. Sin ir más lejos, las navidades pasadas el Gobierno francés vendió el 3% del grupo eléctrico estatal, por 5.000 millones de euros, para financiar el plan de renovación inmobiliario del sistema público universitario.
Por otra parte, Holanda (con la mitad del PIB español) presenta seis universidades clasificadas antes que la primera española, dos de ellas entre las 100 mejores del mundo. En un mercado tan competitivo, el papel de nuestra universidad es descorazonador.
Si de Universidades de excelencia se trata y de avanzar puestos en el ranking mundial no está de más recordar que la primera de la lista, la Universidad de Harvard cuenta con dos singularidades que merecen serena reflexión. Su profesorado es contratado temporal (no solo los profesores sino los directivos académicos, rector incluido y solo recibe una parte fija del sueldo (menor de lo que cobra un profesor español) y el resto puede y debe cada profesor obtener contratos y financiación para él para su equipo de discípulos. Ahí, es donde su retribución se dispara.
Como respuesta, algunos estudios (como el interesante documento de la Fundación CyD) piden replantear las relaciones con la administración y fomentar la competencia entre las universidades, diseñando estrategias de diferenciación, que a su vez refuerzan las necesidades de cambiar los modelos de gestión y sus diseños organizativos.
En fin, que es mucho más fácil triunfar en el deporte mundial que en la ciencia. Durante los próximos días iremos desentrañando los cientos de cuadros que aporta el estudio (ver artículo de Enrique López). Felicitaciones a Juan Hernández por su trabajo y a la CRUE por este ejercicio de transparencia.

Una versión de este artículo fue publicada en el diario La Nueva España, el 16 de octubre de 2008.

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