Este año, el Tribunal de Cuentas Europeo cumple 35 ejercicios fiscalizando el presupuesto de la UE (antes la CEE). Supone un ejemplo a seguir en todo lo referente a la elaboración y el contenido de sus informes, así como en su cuidada divulgación (lo último: su Twitter). Nos deja hoy el trabajo hecho para mañana en la publicación del Informe anual relativo al presupuesto de la UE-2011. La declaración del Tribunal sobre la fiabilidad de las cuentas anuales de la UE y la legalidad y regularidad de las operaciones subyacentes («la DAS») constituye la parte fundamental de las conclusiones del Informe Anual. En este ejercicio, sigue siendo muy crítica y su contenido es el siguiente:
Las cuentas de 2011 reflejan fielmente la situación financiera de la Unión Europea y los resultados de sus operaciones y flujos de tesorería durante el ejercicio. Los ingresos y compromisos están exentos de errores materiales, mientras que los pagos están afectados por errores materiales, con un porcentaje estimado de error del 3,9 % para el presupuesto de la UE en general. El nivel de error se ha mantenido similar al de 2010, que fue del 3,7 %.
Es decir, en opinión del Tribunal, los ingresos subyacentes a las cuentas del ejercicio 2011 son, en todos sus aspectos significativos, legales y regulares. Sin embargo, expresa una opinión desfavorable respecto a los pagos, pues el Tribunal concluye que “los sistemas de control y supervisión examinados son parcialmente eficaces para garantizar la legalidad y la regularidad de los pagos subyacentes en las siguientes políticas, que están significativamente afectadas por errores
- Agricultura: medidas de mercado y ayudas directas;
- desarrollo rural, medio ambiente, pesca y salud;
- política regional, energía y transportes;
- empleo y asuntos sociales, e
- investigación y otras políticas internas.
En otras palabras, para los auditores -la visión de la botella medio vacía- «todos los ámbitos de gasto de la UE evaluados individualmente estuvieron afectados por errores materiales con la excepción de relaciones exteriores, ayuda y ampliación y gastos administrativos, lo que, en su opinión, “muestra la necesidad de mejorar la gestión de los fondos de la UE”.
Como es habitual, con el Informe se presentan –¡en paralelo!- las respuestas de la Comisión (y, en su caso, las de las demás instituciones y órganos europeos) a las observaciones del Tribunal.
Errores
El Tribunal estima que el porcentaje de error más probable que afecta a los pagos subyacentes a las cuentas es del 3,9 %. La estimación del TCEu aumenta en los gastos del grupo de políticas de desarrollo rural, medio ambiente, pesca y salud (el ámbito de gastos más proclive al error) en que fue del 7,7 %. El porcentaje de error estimado para el grupo de políticas de política regional, energía y transportes se mantuvo elevado en un 6,0 %.
Se observa un incremento en las reservas emitidas por la propia Comisión, puesto que el importe que los directores generales de la Comisión consideran en riesgo ha pasado de 400 millones de euros en 2010 a 2 000 millones de euros en 2011, lo que refleja el reconocimiento de los gestores de un elevado riesgo de error en algunos ámbitos, en particular:
- desarrollo rural
- cohesión y
- investigación
Para el Tribunal, los sistemas de control examinados eran, en general, sólo parcialmente eficaces para garantizar la regularidad de los pagos y no están desarrollando su potencial para evitar o detectar y corregir errores. El informe recuerda que se identificaron numerosos casos de deficiencias de control.
El progreso de la autoevaluación de la Comisión sobre el rendimiento representa ciertas mejoras bien acogidas con respecto a ejercicios anteriores. No obstante, las auditorías de gestión efectuadas por el TCEu en 2011 identificaron una ausencia de evaluaciones de necesidades de buena calidad, insuficiencias en la concepción de los programas que dificultan la información sobre los resultados y el impacto, y la necesidad de que la Comisión demuestre el valor añadido de la UE.
Informe de síntesis
Como en años anteriores, en el Informe Anual se comenta el «informe de síntesis» de la Comisión Europea, en el que esta asume su responsabilidad política por la gestión del presupuesto de la UE y donde crítica el posible impacto en las estimaciones de error de los actuales métodos de auditoría del Tribunal y de su evolución prevista para 2012 y los años siguientes.
El Tribunal contesta que estos comentarios son inexactos y prematuros y señala, además, que esta evolución de su enfoque y metodología de auditoría refleja los cambios de su entorno de auditoría y del modo en que los auditados gestionan el gasto. Fiel a su práctica habitual, el Tribunal se compromete a explicar debidamente, de forma puntual y transparente, cualquier cambio en su metodología y sus correspondientes repercusiones.
Por ejemplo, la Comisión contesta que todos los riesgos sobre los que el servicio de auditoría interna llama la atención son debidamente abordados por las Direcciones Generales a través de la elaboración y la aplicación de planes de acción que son rigurosamente seguidos por los Directores Generales y por el Comité de seguimiento de las auditorías de la Comisión.
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