
Medellín tiene una aureola de delincuencia, hoy totalmente inmerecida, reflejo de una historia reciente que aun contamina a sus visitantes con un cierto prejuicio.
Durante el panel de conferencias, que compartí el 6 de diciembre con el vicepresidente del Consejo Municipal de Medellín, Máximo Pérez Soto me recomendó visitar el metrocable y pasear por los alrededores de la estación término, en la comuna de Santo Domingo Savio.
Exclusión social
La tipología de exclusión diferencia varios tipos de prácticas. Una primera forma consiste en la separación completa de una comunidad, ya sea en deportaciones o espacios cerrados en su seno, pero separados de ésta (cárceles). Otro tipo de exclusión priva a determinadas personas y colectivos de ciertos derechos básicos y de su participación en el entramado social. Estos tres tipos de exclusión están muy presentes en la sociedad latinoamericana actual, aunque el último es el más frecuente: la exclusión social
De acuerdo con la ciencia política y la sociología, para mitigar sus efectos debe apostarse por ciertas políticas prioritarias, como las políticas activas de empleo, el incremento del acceso a la educación y formación de personas vulnerables; la promoción del aprendizaje a lo largo de la vida; erradicar la pobreza infantil o asegurar una vivienda digna para todas las personas, pues algunas veces una parte importante de la población está alojada en infraviviendas que no cuentan con instalaciones tan esenciales como agua corriente, electricidad, etc.
Una opción muy eficaz para erradicar la exclusión es mejorar el acceso a servicios públicos de calidad, como los servicios de salud, servicios sociales y los transportes, etc.
Todo esto se intenta en Medellín.
Metrocable

Están muy orgullosos en el Ayuntamiento de la gran transformación e integración producida en las zonas marginales merced a audaces inversiones, entre las que destaca el Metrocable.
Medellín está flanqueada por sendas cadenas montañosas, en cuyas laderas se fueron construyendo miles de casitas (no sería justo llamarlas favelas) donde habitan las clases más desfavorecidas. No hace falta precisar que las comunicaciones eran intransitables por las grandes pendientes que deben superar, en los 400 metros de desnivel.
La inauguración en 2004 del metrocable cambió la fisonomía y la economía de estas zonas marginales. La facilidad para acceder a la parte alta de la ciudad, en tan solo ocho minutos desde la conexión con el metro, junto a la potenciación del turismo, que usa este medio como teleférico para contemplar toda la ciudad, ha cambiado radicalmente ese entorno.
Cada una de la 90 telecabinas tiene capacidad para ocho pasajeros, con una frecuencia de 12 segundos entre cada cabina, realizando un recorrido de dos kilómetros. El nuevo sistema aporta grandes beneficios para el medio ambiente de la ciudad, por su funcionamiento eléctrico, permitiendo la reducción de los accidentes y un importante ahorro en mantenimiento de la red vial.
Sorprende la cuidada limpieza de las instalaciones y las estaciones, muy superior a los estandares europeos de higiene. En fin, que las cifras de delincuencia se han reducido a cotas “europeas”. Ahora, los poderes públicos del Estado de Antioquia luchan contra la otra gran lacra: las muertes y lesiones en accidentes de tráfico, pero esa es otra guerra.
En 2008 se va a inaugurar el «metrocable pajarito» en la otra ladera, más social si cabe, de mayor longitud y residentes, que contribuirá a enterrar lo que quede de la imagen “dura” de la pobreza en esta ciudad.
Parque Biblioteca España
La población de Medellín se sintió muy honrada (¡los taxistas no suelen ser políticamente correctos!) por el broche de oro que puso la Corona española con la inauguración en marzo pasado de la Biblioteca España, cuyo nombre encubre un verdadero centro socio-cultural para un barrio que nadie te hubiera recomendado visitar, hace cuatro años.
Son tres edificios en forma de roca, rodeados de miradores. El diseño es del arquitecto caribeño Giancarlo Mazzanti.
Como podéis ver en las fotos, encontramos un ciento de niños trabajando con los ordenadores, “sacando” libros en préstamo, practicando artes marciales o teatro en su salón de actos. Cuando llegamos a este último sitio, encontramos un grupo de ciudadanas celebrando una fiesta “del delantal” y nos animamos a subir al estrado y felicitarles por el gran cambio realizado. Pudimos colaborar en la alegórica “suelta de mariposas” que previamente habían “cazado” los chicos.

En fin, una experiencia corta pero muy intensa, la estancia en Medellín. No quiero cerrar este artículo sin destacar otro notable instrumento de lucha contra la delincuencia. La obligación de llevar TRES distintivos identificativos de la matricula de las motos: en el casco, en el chaleco y la propia moto. Una decisión que fue bien acogida por al ciudadanía

Gracias por comentar con el fin de mejorar