Decidí adquirir el libro tan sólo leyendo tres frases. Una prueba de que los mecanismos del razonamiento humano son, a la vez, complicados y simples. Visité la librería, durante el fin de semana, manoseando los últimos títulos. Entonces abres un ejemplar y acaricias con parsimonia sus hojas, intentando sintetizar su contenido en un vistazo o escrutando el perfil del autor.
Al abrir Wikinomics por la Introducción, el libro comienza así: “A lo largo de la historia, las empresas se han organizado con arreglo a unos estrictos criterios jerárquicos de autoridad. Todo el mundo estaba subordinado a otra persona …” pasé la página y seguí leyendo “Hoy en día, miles de millones de individuos interconectados pueden participar activamente en la innovación, en la creación de riqueza y el desarrollo social de formas que antaño sólo podíamos imaginar …”. Después me fui al medio del libro y leí «Si espera mantenerse en el mercado la próxima década, su organización debe…«. Por fín, me fui a la última página: “Los líderes deben poner a punto su mentalidad colaborativa. Y las empresas necesitaran capacidades excepcionales para trabajar en entornos de colaboración”. Decidido, saqué 25 euros colaborativos de la cartera, pagué y me lo llevé.
Estamos ante una obra (Ed. Paidós, 2007, 450 páginas) que es realmente del siglo XXI. Por varias razones: su moderna temática; sus autores, Don Tapscott y Anthony D. Williams, que trabajan a miles de kilómetros de distancia: Toronto y Londres, respectivamente; su contenido, que fue discutido entre ellos y con cientos de personas a través de Internet y ahora será realimentado en su web: http://wikinomics.com
En efecto, mientras las personas tenemos necesidad de alimento, vivienda, vestido o salud, es grande la importancia de la economía de los bienes físicos. Hoy, en plena revolución del conocimiento, está superada esa etapa en muchos países, la producción es planetaria y se desmontan los silos nacionales. Nacen las empresas inteligentes y el prosumo, concepto introducido en 1996 por Don Tapscott, en el libro Economía Digital.
El término es mezcla de producto y consumo, donde los clientes participan en la creación de productos de un modo activo y continuado. Los usuarios se organizan para crear sus propios artículos, forman comunidades virtuales de prosumidores donde comparten información sobre el producto, intercambian herramientas o consejos prácticos. Es el mundo del 2.0: la wikipedia, el proyecto Genoma, el software libre, Youtube … Second Life.
Muchas organizaciones adoptan los cuatro principios de la wikinomía: la apertura, la interacción entre iguales, el uso compartido y la actuación global. Es verdad que dar carta blanca a los clientes corre el riesgo de canibalizar el modelo de negocio, pero este es un riesgo aceptable para algunas compañías.
Para los autores, las firmas monolíticas, autónomas y centradas en si mismas están en vías de extinción. Hoy, las empresas ganadoras, tienen límites porosos, centran las labores del personal interno en organizar el valor y consideran que su departamento de I+D es el mundo en general y las universidades públicas en particular.
Las empresas pueden así diseñar y montar los productos con sus clientes y, en algunos casos, ellos crearán la mayor parte del valor. Los científicos pueden reinventar la ciencia gracias a la apertura del código fuente de sus datos y métodos, ofreciendo participar a cualquiera, experto o iniciado.
El tradicional sistema de revistas científicas basado en la revisión por iguales (peer review) está siendo ya superado por la voluntad de cooperación entre iguales (peer to peer). De esta manera, para nuestros autores, el conocimiento llamado «propietario» genera vacio y quienes no compartan se encontrarán cada vez más aislados, superados por las redes que comparten y actualizan para generar valor. En fin, sostienen que todos ganan: un verdadero acto de fe.
Además, la Administración Pública puede usar estas herramientas digitales para transformar la provisión de servicios públicos e implicar a los ciudadanos en la elaboración, decisión y evaluación de las políticas públicas. También hay una wikinomía pública.
Terminan los autores con una pregunta: ¿Está su mente configurada para la wikinomía? Porque, si no es así, debe empezar a pensar en ello. El futuro parece girar alrededor de esos conceptos. Yo, por lo pronto, comparto con ustedes esta reseña bibliográfica. Ver más.

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