
En 1993, Luis García Berlanga presentó Todos a la Cárcel, una película de culto para el cine español. Seguro que estos días será objeto de renovado culto en tertulias y mentideros. La razón no es otra que la colmada paciencia de los ciudadanos ante la crónica negra de la corrupción.
Acabamos de conocer que agentes de la Guardia Civil, en coordinación con la Fiscalía Anticorrupción, han registrado los despachos del ayuntamiento de Santa Coloma y han examinado las áreas de personal, hacienda, servicios jurídicos, secretaría e informática, pidiendo a los funcionarios del Área de Urbanismo que no volvieran hasta el jueves. Fruto de las pesquisas, han detenido al alcalde y siete personas más (menudo título para otra tragicomedia: «el alcalde y siete más«).
El Juez Garzón, que dirige la «operación Pretoria«, imputa a los detenidos delitos de cohecho, tráfico de influencias y blanqueo de capitales en una presunta trama de corrupción urbanística que operó a través de la empresa municipal de promoción inmobiliaria Gramepark de Santa Coloma, y encargada de la promoción de párkings y viviendas sociales en el municipio.
Entre los detenidos figuran Macià Alavedra, uno de los pesos pesados de los gobiernos de Jordi Pujol, que ocupó las carteras de Gobernación, Industria y Economía, y el ex secretario general de la Presidencia de la Generalitat, Lluís Prenafeta.
Con estas detenciones se eleva a dieciocho el número de alcaldes en ejercicio detenidos por implicación en delitos de corrupción urbanística desde la «Operación Malaya«, en Marbella, en abril de 2006.
La semana pasada, en el marco de la Operación ‘Poniente» contra la corrupción empresarial, 20 personas fueron detenidas en Almería, entre ellas el alcalde (prisión incondicional sin fianza) del Ayuntamiento de El Ejido. Con él, son un total de ocho las personas que han sido enviadas, sin posibilidad de eludirla bajo fianza, hasta el centro penitenciario provincial de El Acebuche después de que la juez dictase autos de prisión incondicional sin fianza.
Eso por no hablar del caso Millet (Palau de Barcelona). En fin, que se acumula el trabajo …


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