El miércoles pasado, acompañé al catedrático leonés Enrique López que tenia una cita en el Campus de Gijón con una treintena de estudiantes de ingeniería para hablar sobre sistemas expertos. Se trataba del curso de verano que dirige David de la Fuente, destacado profesor que lidera en la Universidad de Oviedo el grupo de investigación sobre Ingeniería de la organización.
Presencié su intervención, que estuvo lejos de ser una conferencia al uso. Enrique sentó a los alumnos en los ordenadores de un aula de informática y pidió que cacharrearan con los materiales de la página Sicodinet. Es el sistema de enseñanza-aprendizaje, que me recuerda el modelo de los nuevos museos donde todo se puede ver, tocar y usar.
Los sistemas expertos imitan las actividades de un humano para resolver problemas y pertenecen al campo de la Inteligencia Artificial. Permiten la comunicación entre objetos, sin mediación humana. En palabras de Enrique: «el jersey habla con la lavadora y le dice: ¡Ojo, soy de lana!». El coche (ya no sólo en la Fórmula I) adecua la frenada de cada rueda en función de la velocidad y el ángulo de la curva, o aparca solo …
Estos sistemas inteligentes adquieren cada día mayor importancia, en un entorno que se vuelve más y más competitivo, donde el manejo de mucha información en poco tiempo es fundamental en cualquier tipo de organización. Las grandes superficies los usan para vender o reponer el stock, que siguen por radiofrecuencia. Los bancos para vender productos financieros en función del uso de mi tarjeta de crédito. Y Google para ofrecerme cursos de contabilidad o fiscal porque lee el contenido privado de los correos electrónicos de mi gmail, donde esas palabras aparecen con frecuencia.
Los alumnos manifestaron interés por algunos sistemas experimentales, construidos por asistentes a ediciones anteriores y basados en temas cotidianos: “ranking de rebajas” o incluso un “ranking del tapeo” para decidir donde comprar bien o tomar el vermú. Hacer el mapa de las variables que influyen en la creación de una opinión experta tiene más enjundia de lo que parece.
La realidad nos presenta muchos sistemas expertos. Sin ir más lejos, en la prensa de hoy encontré un par de ellos. Así, en el diario Cinco Días encuentro la noticia de que Nielsen anunciaba el lanzamiento en España de BuzzMetrics, una herramienta destinada a medir, de manera cualitativa, las opiniones y contenidos generados por los internautas a través de blogs y otras comunidades sociales. Un verdadero sistema experto para moverse en la blogosfera. España será el cuarto país en el que se distribuye la aplicación, tras EE UU, Reino Unido y Alemania. Posteriormente se lanzará en Italia, Francia o Brasil.
Por su parte, en el suplemento de Ciencia del diario El Mundo descubro que el prestigioso Massachussetts Institute of Technology (MIT) presenta un impresionante detector de mentiras políticas. Así, analiza, por ejemplo, el recurso a grandes generalidades vagas, sin precisar detalles o introducir matices; el recurso a la primera persona plural en vez del yo; y la invocación de palabras con un alto contenido emocional, como ‘odio’ y ‘enemigos’. Vamos: un sistema experto intenta sustituir la sabiduría del abuelo, en una sociedad que los prejubiló por millares.
Y para terminar, la edición dominical del diario El País publica un interesante artículo titulado «Máquinas con rostro humano» dedicado a las aplicaciones de la lógica borrosa a la ingeniería. Se trata del soft computing, que ha logrado notables avances permitiendo a las máquinas aprender a manejar conceptos difusos, muy al estilo humano.