
Se inauguró ayer, 25 de abril, el XIII Seminario de gestión pública local, en la antigua Universidad Laboral de Gijón. De izquierda a derecha, Rafael Pérez (Director de la Escuela Jovellanos de Gijón, anfitrión), Jaime Rabanal (Consejero de Economía y Administración Pública del Principado de Asturias), Paz Fernández (Alcaldesa del Ayuntamiento de Gijón), Ignacio Villaverde (Vice-rector de la Universidad de Oviedo) y José Luis Pablos (Director del Seminario).
La primera conferencia corrió a cargo de Francisco Longo, director del Instituto de Dirección y Gestión Pública de ESADE y miembro de la Comisión de Expertos que elaboró el informe previo para el Estatuto del Empleado Público, por lo que su conferencia despertaba expectación. Ya comenzó afirmando una cierta decepción por el resultado final.
Su primera impresión era que una Ley básica con 100 artículos no le parecía adecuada. Puso como ejemplo el artículo de las licencias y permisos, demasiado extenso a su juicio. ¿Porqué es básico? se preguntaba ¿Mejorará la productividad de la Administración? Y sin embargo, echaba en falta instancias revisoras en el acceso o provisión de puestos de trabajo. En fin, que lamentaba la poca innovación y el mucho de continuidad de la normativa; el exceso de proteccionismo sobre el empleado público, el «amateurismo» de las relaciones laborales de la Administración.
A su juicio, modernidad es incrementar o mantener la productividad del empleado público porque «de no ser así, con reducciones de jornada a cambio de nada, será imparable la externalización de servicios». También implica la gestión de personas, como concepto más avanzado de la simple administración de nominas o permisos: dotar de vida inteligente a la función de RRHH. Y crear la capacidad para evaluar competencias y rendimiento de las personas, «hoy, casi inexistente», dijo, » si no se hace bien, será una carga burocrática más a base de formularios estériles».
Entiende que la Ley trae amenazas y oportunidades. A veces sobre la misma materia. Puso el ejemplo de la carrera horizontal que puede convertirse en un simple «quinquenio». Aconsejó a las Comunidades Autónomas no regular con prisa el desarrollo de este Estatuto, porque «los primeros pagarán un alto precio».
A pesar de todo, etiende que el balance es positivo pero reiteró su decepción por aquellos temas que se habian ido cayendo del texto durante el iter parlamentario. Seguiremos informando.
Ciento cincuenta personas asistieron a la conferencia inaugural del Seminario.


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