El poder del relato y los informes de fiscalización

Tenía todos los ingredientes para triunfar. La archiconocida canción que popularizó Rubén Blades sobre el matón de esquina tiene eso que llaman el poder del relato. Pedro Navaja es una historia cruda de bajos fondos con protagonista y antagonista, contexto, conflicto, climax y gran desenlace. Incluso sentido de humor (Hoy no es mi dia … tu estás en ná). Nos lo pone de ejemplo el directivo leonés Adolfo Corujo en su reciente libro “Comusicación”. Un ensayo para ejecutivos que aprovecha las enseñanzas obtenidas de los grandes artistas como argumento para presentar la política de comunicación de las empresas o las instituciones.

Los éxitos y fracasos de Dylan o Springsteen (este video es genial) y hasta un total de  dieciocho estrellas ya forman parte de los programas de las Escuelas de Negocios. Estos músicos no son otra cosa que intrépidos empresarios que venden su producto en un mercado mundial del que es posible extraer muchas lecciones. Corujo, socio de una de las principales corporaciones de comunicación de habla hispana, fusiona aquí el trabajo con su afición como guitarrista y melómano desde la adolescencia.

La política de comunicación es, cada vez más, la principal estrategia de cualquier organización. Se trata de una calle de doble sentido, donde se escucha y se habla permitiendo a los ciudadanos formarse una opinión y contribuir a la reputación corporativa. Las nuevas tecnologías y su dinámica en el mercado son factores que influyen decisivamente en la opinión de los clientes. No deja de sorprender que la  guía Michelín y los críticos gastronómicos hayan sido fácilmente vencidos por las opiniones sin filtro de Facebook o Tripadvisor.

Volviendo a Ruben Blades, sus letras rezuman la precisión de su formación en la Facultad de Leyes de Harvard. Él mismo contó en una actuación que, cuando presentó la canción a la compañía discográfica, le propusieron mejorar el protagonista y recortar la historia. Algo que ofendió al tenaz autor que contestó poniéndose en lugar de Cervantes y su respuesta al editor Juan de la Cuesta, allá por 1605, si le pidiese que recortase en cien páginas El Quijote y maquillase el perfil barrigudo de Sancho Panza. Cuantos magníficos productos empresariales o institucionales se estropean en la fase de proyecto por falta de ambición, ante críticas superficiales, aunque afortunadamente otros triunfan contra corriente. Es el caso de  Steve Jobs o Bill Gates, jugando a ser dioses en sus garajes, nos regalaron maravillas de la computación, aunque en sus primeros pasos nadie creía en ellos.

Pedro Navaja está lleno de detalles. Nótese la sirena policial al final de la melodía. Nos queda la curiosidad de comprobar cómo hubiera ejercido este artesano la presidencia de Panamá, a la que se presentó como candidato, en medio de intereses inconfesables de todo orden y con la delegación o la motivación como herramienta de trabajo. Si nacístes pa’ martillo, del cielo te caen los clavos.

Los órganos de control también utilizan política de comunicación. El Tribunal de cuentas Europeo es uno de nuestros mejores ejemplos. Usted pensará que tienen muchos medios. Hay cosas en comunicación que son casi gratis: basta ponerse en el lugar del ciudadano. Empezando porque ellos puedan suscribirse a los informes según el sector que interese. Un servicio sencillo desde el punto de vista informático que hasta mi humilde blog ofrece, sin ir más lejos. Las instituciones españolas de control externo no valoran esta opción, que además desde el TCEu se complementa mediante correos electrónicos que envían unos dias después con una sencilla y automática encuesta de opinión de los suscriptores sobre el contenido. Ocho millones de historias tiene la ciudad de Nueva York, como diría Don Ruben.

Para todo ello, y terminamos como empezamos, el TCEu reconoce el poder del relato. Que el ciudadano siga los informes exige un producto amigable. La claridad no está reñida con la precisión, como nos recuerda la Guía de Comunicación Clara de la Comunidad de Madrid ¿Cómo conseguirlo? En la Estrategia del Tribunal de Cuentas Europeo 2018-2020, en su página 9 lo dice de manera simple y sin rodeos:

«Para obtener mayor impacto y una mejor conexión con los ciudadanos es preciso privilegiar la parte narrativa de los informes, seguir una estructura clara y evitar el empleo de jerga. El TCE se esforzará en transformar las pruebas y los datos obtenidos y analizados en sus auditorías en una narración convincente«.

Estrategia del Tribunal de Cuentas Europeo 2018-2020, pág. 8

2 comentarios en “El poder del relato y los informes de fiscalización

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