James P. Liddy, Vicepresidente de KPMG para Estados Unidos publicaba hace unos meses un breve artículo en la revista Forbes sobre el auditor del futuro, que en su opinión deberá aumentar su comprensión de disciplinas “no tradicionales” y trabajar más estrechamente que nunca con especialistas en datos y en análisis. Los avances en la tecnología y la proliferación de la información masiva disponible, han creado un nuevo paisaje para la información financiera permitiendo auditorías más eficaces realizadas con las herramientas más dinámicas y nuevas habilidades. Es verdad que hoy en día, solemos realizar una muestra relativamente pequeña de las transacciones y extrapolamos las conclusiones. En el futuro, el uso de potentes técnicas analíticas permitirá a los auditores examinar el 100% de las transacciones de un cliente:
«Vamos a ser capaces de ordenar, filtrar y analizar decenas de miles o millones de transacciones para identificar anomalías, por lo que es más fácil centrarse en las áreas de preocupación potencial y sobre asuntos que pueden tener los riesgos más altos”, dice Liddy.
Con el tiempo, los auditores -externos e internos- podrán comparar las empresas que auditan con grandes conjuntos de datos de toda una industria o región, que dará una mejor información sobre los riesgos potenciales y proveer a los directivos de las grandes organizaciones de valiosas perspectivas y puntos de vista que pueden utilizar en su negocio .
Informe de PWC
En este marco de prospectiva, la firma de auditoría PwC acaba de hacer púbico un interesante documento con las aportaciones de un grupo de trabajo formado por profesionales y expertos relacionados con la auditoria de cuentas y la información financiera. Con el sugerente título de La auditoría del futuro y el futuro de la auditoría, desarrolla en cuatro capítulos los temas candentes:
- Mayor profundidad y alcance significa más confianza
- Información completa y fiable, pero también útil, entendible e integrada
- Control Interno y Evaluación de Riesgos, elementos clave de la auditoría del futuro
- Mayor alcance implica más conocimientos y una responsabilidad mejor definida
El documento busca «una reflexión de futuro conceptual, una aportación al debate sobre cómo evolucionará el mundo de la auditoría en los próximos años» y sobre cuál sería el camino para reforzar su papel como “generador” de confianza. No le falta razón porque en los últimos años y sin salir de España, hemos presenciado actuaciones auditoras poco profesionales que fueron sancionadas por el ICAC.
Podríamos decir que el esquema de auditoría actual es un modelo maduro, histórico y basado en la información financiera que evolucionará «hacia un modelo multidimensional, extenso en información pero accesible, capaz de generar un análisis de valor más allá de los datos numéricos y aplicable a distintas entidades de manera coherente» analizando y explicando de forma amplia los sistemas de gestión de riesgos y de control interno.
El documento se atreve a vaticinar el aumento de la periodicidad de la emisión de informes ( trimestrales, semestrales) y que éstos sean más completos: «Dada la complejidad de los mercados y del entorno, este conocimiento debe ir más allá de los estados financieros y de los informes de auditoría convencionales. Es preciso que la auditoría analice las variables que determinan en qué punto está una organización, pero también en qué condiciones está para abordar el futuro».