
Ayer celebramos en el salón de actos del edificio Germán Bernácer de la Universidad de Alicante una mesa redonda sobre “Fiscalización del gasto y de la gestión pública”, dentro del titulo de Experto Universitario en Organización, Gestión y Evaluación de Entidades Públicas Territoriales Españolas, que dirige el catedrático de Ciencia Política y de la Administración, José Manuel Canales Aliende. Un debate que el año pasado había adquirido un alto nivel de crítica institucional.
Ejerció de moderador-relator (en el centro de la foto) Rafael Vicente Queralt, Sindico Mayor de la Generalitat Valenciana acompañado de Ramón Muñoz y Rafael Medina (a su derecha) y de Rafael Iturriaga y yo mismo, a su izquierda.
Hubo una especial referencia a la Declaración de Pamplona que comienza y termina con la excelente idea de la necesidad de crear “una conciencia pública de control” en todos los ámbitos. En concreto, se señala que:
“los órganos autonómicos de control externo hemos intentado crear en el ámbito de nuestras Administraciones una conciencia pública del control, entendido no como un fin en sí mismo, sino como un medio que contribuya a una gestión cada día más transparente y eficaz. Consideramos importante que esta cultura cale en todos los ámbitos de la gestión pública, tanto en sus responsables políticos como entre los gestores, con el fin de que nuestros diagnósticos y recomendaciones sean útiles entre quienes administran el dinero público».
En el citado documento, los representantes de las instituciones autonómicas de control externo determinaron los criterios de fiscalización y recomendaron «priorizar las áreas más importantes desde el punto de vista presupuestario, como salud o educación, sin olvidar otras relacionadas con el bienestar social y, por supuesto, prestando especial atención a las consideradas “áreas de riesgo”, como subvenciones, contratación pública o urbanismo».
Siempre Ramón
Ramón Muñoz, locuaz como siempre (más tras su jubilación) hizo un repaso plagado de anécdotas sobre las declaraciones internacionales de fiscalización. Pocos como él han estado en la gestación de las propias Instituciones. Recordó que la Organización Internacional de Entidades Fiscalizadoras Superiores (INTOSAI), desde su fundación en el año 1953, ha proporcionado un importante marco institucional sobre la transferencia y el aumento de conocimientos, contribuyendo a mejorar el nivel mundial de la fiscalización pública externa y fortaleciendo la posición, la competencia y el prestigio de las distintas Entidades en sus respectivos países.
De acuerdo al lema de la INTOSAI, «Experientia mutua omnibus prodest«, su misión es el intercambio de experiencias entre los 189 países miembros, con un estatus especial dentro del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) como organización no gubernamental, durante más de 50 años.
Una de las buenas razones para acudir a este tipo de eventos es escuchar a Ramón, fuera de micrófonos. Durante los últimos cuarenta años pateó todo el mundo y apoyó el nacimiento en 1976 de las asociaciones africanas de Instituciones fiscalizadoras (AFROSAI) O de la propia EUROSAI. Conoce a la perfección la Declaración de Lima, que contribuyó a redactar e impulsar, hace ya tres décadas.


Ramón Muñoz, sigue aportando frescura a los debates. Se ha pateado el mundo de la fiscalización.

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