Impacto del Vale Escolar en la economía local

Una de las ventajas de realizar informes de auditoría es divulgar una realidad económica que, aun estando formalmente correcta permita conocer y debatir los entresijos de un procedimiento. Incluso en el nivel ciudadano o periodístico. Estos días hemos conocido el “efecto mariposa” de un interesante informe de la Sindicatura de cuentas de Cataluña, aprobado hace un año relativo a la ayuda en concepto de material escolar durante el curso 2023-2024.

La Generalitat concedía 2 vales de 50 € para todos los 429.000 estudiantes de educación primaria matriculados en 1.748 centros públicos y en 630 centros concertados con fondos públicos. Los beneficiarios podían canjearlos por elementos de escritura, papelería, libros, diccionarios, calculadoras, mochilas y juegos educativos en los establecimientos adheridos a la plataforma que debía gestionar las ayudas. El coste total de la medida fue de 44 millones de euros.

El objetivo principal de la fiscalización era valorar si el vale escolar fue una respuesta eficaz y eficiente para mitigar los efectos de la inflación (recordemos el inicio de la guerra de Ucrania) sobre el gasto escolar en las familias. Si bien no se presentó al Gobierno el Informe de impacto económico y social que -era preceptivo- la Sindicatura entiende que “no se puede acreditar documentalmente que antes de la aprobación de la medida se hubiera hecho un diagnóstico de la situación y se hubieran evaluado diferentes alternativas, incluyendo las actuaciones ya existentes para hacer frente a la necesidad detectada y otras medidas dirigidas a familias en situación económica desfavorable”. Yo aquí leo se acercan las elecciones.

En relación con la implementación de la medida, se hizo de una forma muy práctica: mediante un convenio con el Consejo de Cámaras de Comercio que contrató una plataforma de gestión digital facilitando a las familias la activación de sus vales y el uso tanto por pequeños comercios como por grandes establecimientos. Se impartieron cursos de formación a los establecimientos y se habilitaron teléfonos de asistencia en caso de incidencia. El plazo medio de pago a los comercios fue de 2,86 días.

El tercer dato aporta también algo interesante, en relación con la cobertura, destacando que se utilizaron la casi totalidad de los vales -casi siempre con un importe de compra superior al importe del canje- pero con una elevada concentración de los canjes en unos pocos establecimientos comerciales. En la pág 40 presentan que 6 empresas concentraron la mitad de todo el importe: Abacus (32,16%), El Corte Inglés, (4,58%), Alcampo (4,01%), Toys Centre (2,64%), Carrefour (2,44%) y Next Operador Escolar (2,01%). A sensu contrario, la otra mitad fue adquirido por la familia en la tienda local más cercana a su domicilio.

Aquí los libreros denuncian la vulneración de las normas del vale escolar y alerta que se está desvirtuando su sentido, concebido para ayudar las familias, pero también para “reforzar el comercio de proximidad” pues dicen “los vales solo se pueden intercambiar en establecimientos físicos con venta presencial situados en Cataluña”. Sin embargo, han detectado una fuerte reducción del canje por la intromisión (sic) de grandes operadores y la venta desde plataformas de e-commerce.Por ello pide suspender el uso del vale a través de plataformas digitales. Difícil veo impedirlo, con nuestra actual normativa europea, pero está claro que la Cámara de comercio al echar el resto en la medida no se imaginaba este resultado. Un tema para reflexionar, así como que en cuatrocientos centros educativos, al menos el 70% de los alumnos canjeó los vales en el mismo establecimiento comercial, lo que puede significar cierta participación del colegio redirigiendo la operación. 

Critica la Sindicatura que, en relación con la consecución de objetivos, no se pudo comprobar su cumplimiento y el impacto positivo directo sobre la economía de las familias y en los establecimientos comerciales de material escolar, ya que los objetivos estaban definidos en términos muy generales y no se establecieron indicadores, valores de referencia ni valores objetivos. Por tanto recomienda que los departamentos impulsores de la medida y la Oficina del Gobierno velen porque, previamente a la aprobación de una medida como la del vale escolar, se lleven a cabo evaluaciones rigurosas que ayuden a tomar decisiones en términos de eficacia y eficiencia. Además, determinar si el vale escolar es una medida coyuntural o estructural, su relación con otras medidas existentes y si su diseño es adecuado o debería modificarse en función de los objetivos que se persiguen.


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