Acelera que hay demasiados accidentes

Entre 2014 y 2020, la Comisión Europea proporcionó a los estados miembros aproximadamente 6.700 millones de euros para proyectos que contribuían a la seguridad vial. Parece lógico que quiera evaluar su repercusión. Por eso, el Tribunal de Cuentas Europeo acaba de aprobar un informe con el elocuente título (marca de la casa) de “Objetivos de seguridad vial de la UE. Es hora de acelerar para alcanzarlos”. Yo también me he venido arriba titulando, perdón.

Los auditores examinaron las acciones de la Comisión y realizaron visitas a cuatro Estados miembros (España, Lituania, Rumanía y Eslovaquia), que tienen distintos sistemas de registro de seguridad vial. El trabajo se inscribe en el contexto del envejecimiento del parque automovilístico y de los nuevos retos planteados por los dispositivos de movilidad personal (por ejemplo, los patinetes) y los vehículos autónomos. Las cifras preliminares de 2023 sobre víctimas mortales en accidentes de tráfico, publicadas el 8 de marzo de 2024, confirman la lentitud de los avances, con un descenso de tan solo un 1 % en 2022.

La Unión Europea tiene la tasa de mortalidad en carretera más baja del mundo y se viene reduciendo sustancialmente desde el año 2000, concretamente en un 36 % entre 2010 y 2020, pero aún así, la tasa se encuentra lejos del objetivo previsto del 50 %.

Para el Tribunal, salvo que aumenten sus esfuerzos, la UE y sus Estados miembros no lograrán los ambiciosos objetivos a medio y largo plazo (reducir a la mitad el número de víctimas mortales) que se calcula disminuirán tan solo en un 25 %.

Los accidentes de tráfico son una causa frecuente de muerte prematura en la UE. Los usuarios vulnerables, como peatones, ciclistas y motociclistas, corren un riesgo especial, ya que representan la mitad de las muertes, por delante de los ocupantes de turismos (45 %). Por cada vida perdida, se estima que cinco o más personas sufren lesiones graves.

El último año que ofrece datos exhaustivos en toda Europa es 2022, con 20.640 personas fallecidas en las carreteras de la UE.

La tasa de mortalidad media en la UE fue de 46 víctimas mortales en carretera por millón de habitantes. La tasa más baja, con 22, correspondía a Suecia, y la más alta, con 86, a Rumanía. Para cumplir el objetivo de 2030, se necesitaría una reducción anual de toda la UE del 4,6 %, pero en los cinco últimos años, la tasa media fue de tan solo un 2,5 % al año.

Los objetivos de seguridad vial de la UE solo pueden alcanzarse si los Estados miembros establecen las políticas y los programas necesarios, “ya que son quienes están al volante en cuanto a la aplicación de determinadas medidas que podrían mejorar directamente la seguridad vial” (bravo por los redactores). Para ayudarles a prevenir los accidentes de tráfico con víctimas mortales y heridos graves, la Comisión ha adoptado un enfoque multidimensional: el «Sistema Seguro», que se basa en ocho pilares, entre otros, vehículos seguros, infraestructuras viarias y uso de las vías públicas. Los auditores consideran que el enfoque es exhaustivo, pero también señalan deficiencias. Por ejemplo, la supervisión del rendimiento de los Estados miembros todavía no es eficaz. Además, las acciones de la UE no abarcan todos los ámbitos de riesgo, como la velocidad, que, junto con la conducción bajo los efectos del alcohol, no llevar cinturón de seguridad y las distracciones del conductor, es una de las principales causas de accidentes.

La seguridad vial no era un criterio clave en la selección de proyectos, ya que competía con otras prioridades -como el logro de un transporte más ecológico- y los criterios a menudo no tenían en cuenta los puntos críticos de accidentes. Dado que la financiación de la UE destinada a la seguridad vial puede reducirse en los próximos años, el Tribunal entiende que “será más importante todavía garantizar que se haga el mejor uso posible de estos fondos para salvar vidas”.

En 2019, la Comisión estableció un conjunto de ocho indicadores clave de rendimiento (ICR) para la seguridad vial que se centran en los principales factores, es decir, el comportamiento de los usuarios de la vía pública, la seguridad de los vehículos, la calidad de las infraestructuras viarias y la asistencia en caso de emergencia. Los ICR comparten algunas similitudes con un conjunto de objetivos globales voluntarios de rendimiento en materia de seguridad que la ONU identificó en 2017 con objeto de ayudar a los Estados miembros a centrar sus acciones en materia de seguridad vial. La Comisión identificó la necesidad de contar con mejores datos para poder fijar los objetivos de estos ICR en su Comunicación de 2018. Si bien algunos Estados miembros han especificado objetivos para una serie de ICR, no se ha establecido objetivo alguno a escala de la UE. Por ejemplo, los datos de los Estados miembros sobre los heridos graves todavía no son comparables, mientras que los relativos a las víctimas mortales sí lo son.


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