
Los prestigiosos semanarios científicos Science y Nature han sido galardonados con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Entre la intensa y variada actividad que desarrollaron en Oviedo, sus representantes participaron en un encuentro-coloquio abierto al público, en el precioso marco de la biblioteca de la Universidad de Oviedo, que veis en mi mejorable fotografía.
La revista Science es la publicación oficial de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. Fundada en 1880 en Nueva York, con apoyo económico del inventor estadounidense Thomas Edison, su objetivo principal es la publicación de investigaciones científicas. También refleja en sus páginas artículos de política científica y de otros asuntos relacionados con las ciencias y la tecnología. Donald Kennedy manifestó que sólo superan los exigentes filtros el 8% de los artículos enviados. Su factor de impacto fue en 2005 de 30.927.
Nature es la revista científica más antigua y reconocida. Creada en 1869 en el Reino Unido no está dedicada a ningún campo concreto de la ciencia, aunque la editorial ha ido lanzando otras publicaciones más especializadas bajo la marca de Nature, como Nature Neuroscience, Nature Methods y Nature Structural and Molecular Biology. Su factor de impacto fue en 2005 de 29.273.
Annette Thomas (Consejera Delegada) y Phill Campbell (Editor-Jefe) de Nature, junto a sus colegas de Science, Colin Norman (editor-jefe) y Andrew Sugden (jefe de edición internacional) revalidaron su premio respondiendo a una treintena de preguntas del público sobre los más variados temas. Moderó el coloquio el Vicerrector de Investigación de la Universidad de Oviedo, Pedro Sánchez Lazo.
Acudí a la cita acompañado de mis hijos Antonio (aspirante a burócrata, como su padre) y Ana (aspirante a biotecnóloga, si la nota de selectividad no lo impide).
Campbell, preguntado por la necesidad de cuidar la divulgación científica y discriminar el periodismo-basura se mostró muy tolerante: «Ojo, ese periodismo basura tiene muchos seguidores. Empezando por el National Enquirer que miles de nortemericanos siguen con pasión. Esta adicción es tal que Nature ha creado una sección permanente en la contraportada que expone una noticia científica falsa, pero muy valorada por los lectores» . Respecto a su opinión sobre la prohibición de explicar la teoría de la evolución en las escuelas de algunos Estados norteamericanos, utilizó la misma flema: que los maestros se ganen su sueldo y combatan esa intromisión».
Los editores fueron muy contundentes en la defensa de Al Gore, también galardonado, y su importante concienciación de los problemas del cambio climático. Quitaron importancia a los famosos siete errores de su film «Una verdad incómoda», consecuencia de la divulgación. Además recordaron que lleva veinticinco años diciendo lo mismo: «cuando el mensaje no era tan popular».
Reconocieron que aplican rigurosos sistemas de verificación a cargo de expertos de los artículos que publican, que las han situado en su actual posición de liderazgo. Sin embargo es imposible evitar del todo los fraudes. ¿Y porqué los científicos cometen fraudes? Pues para tomar atajos, por presiones económicas o de los laboratorios. En fin, siempre hay gente con prisa.
Al terminar, en los pasillos, pude preguntarles por la posible evolución del modelo de negocio de la edición científica. Sirviéndome de traductor del vicerrector, que había ejercido de moderador del acto, Norman reconoció que esta revista es un producto demasiado costoso para sobrevivir sin precio, que era también la garantía de su independencia y que, no obstante, a los seis meses la revista está disponible en la red.
Colin Norman aportó un dato: en la actualidad, 130.000 científicos reciben cada semana la revista en papel, pero durante estos diez primeros meses el servidor de Science lleva contabilizados veinticinco millones de documentos descargados desde los 1.400 clientes institucionales abonados, que ya proporcionan la mayoría de sus ingresos.

Foto: Ana y Antonio amortizando sus estancias británicas y charlando con los representantes de Science.


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