Transformar la contratación electrónica

Isaac Martín (UCLM), Beatriz Juliá (Kalaman), Manuel J. Garcia (Banco de España) y Jaime Domínguez-Macaya (TVCP)

La reunión de Panticosa aporta una interesante fusión de académicos, de Altos funcionarios y de consultores, con perspectivas distintas. Los debates tras las mesas aportan mucha frescura de puntos de vista. Un ejemplo fue el panel ¿Hacia dónde ir para transformar digitalmente los procedimientos de contratación pública? estuvo moderada por Manuel J. García (Banco de España), Dr. Ingeniero de datos experto en contratación. Comenzó Jaime Domínguez-Macaya (Tribunal Vasco de Cuentas Públicas), pionero en la contratación electrónica, donde hizo un recorrido de la contratación electrónica desde sus inicios hasta hoy, de donde venimos y sus fundamentos. Después comentó algunas modificaciones y desarrollos legislativos que mejorarían la situación. A continuación, participó Beatriz Juliá Álvarez (directora Kalaman Consulting), fiel a Panticosa, explicó la implantación de sistemas inteligentes de gestión y análisis y sus tecnologías clave la RPA para tareas repetitivas y la IA para tareas de apoyo. Y finalmente participó Isaac Martín Delgado (Univ. Castilla La-Mancha), catedrático de Derecho Administrativo y experto en Administración Pública y tecnología. Isaac comentó los obstáculos que se detectan en el ámbito de la contratación en relación con el uso de la tecnología y planteó algunas ideas que puedan contribuir a traducir la innovación tecnológica en innovación administrativa en este sector.

Algunas cuestiones incómodas de Isaac Martín

Isaac comenzó su intervención compartiendo con todos nosotros su desconcierto ante manifestaciones escuchadas durante el seminario sobre la imposibilidad del procedimiento, tal y como está configurado, “para detectar y prevenir la corrupción en el ámbito de la contratación”. Dejó en el aire importantes cuestiones conceptuales. Si la contratación pública es un sector proclive a la corrupción ¿qué vía podemos usar para prevenirla, detectarla y combatirla que no sea la ya experimentada de añadir más cautelas y garantías en el contexto del procedimiento? 

Por otra parte, razonaba Isaac, ¿no estaremos potenciando el fenómeno de la burocracia defensiva, en el sentido de optar por evitar riesgos para prevenir responsabilidades a través del aumento de documentación y trámites en detrimento de la eficacia y el servicio efectivo al ciudadano? Si buscamos la simplificación pero complejizamos los procesos de contratación ¿No existe una sobrecarga de objetivos sobre la contratación pública? ¿Caben más objetivos para integrar en un procedimiento de compra pública? En definitiva, ¿los signos de los tiempos apuntan la necesidad de desprocedimentalizar la contratación pública o, por el contrario, a reforzar el papel del procedimiento administrativo de compra pública? ¿Más o menos procedimiento? En todo caso, ¿no estaremos dando demasiado peso al enfoque jurídico frente a otras áreas de conocimiento? Prometió responder a estas preguntas en un próximo artículo, pero nos dejó un avance y un balance. 

Tras las Directivas de contratación de 2014, subrayó que

  • tenemos normas complejas y rígidas
  • la digitalización, en cierta medida, ha contribuido a reducir la carga administrativa y a agilizar la contratación (las empresas son más optimistas en cuanto a los beneficios de la contratación electrónica; las Administraciones no tanto)         
  • hay un mayor consenso en relación con al aumento de la transparencia

Sin embargo, no se ha logrado aumentar la competencia en los mercados de la contratación pública. Quizás fomentar la competencia no deba ser el fin principal y predominante de los procedimientos de contratación aunque puede haber margen para simplificar la contratación como proceso y como procedimiento. 

Debemos repensar la contratación pública en su conjunto: la digitalización de la burocracia genera más burocracia; la digitalización de procedimientos ineficientes genera a mayor ineficiencia en los procedimientos. 

Entre los obstáculos, recordó que la apuesta por los medios electrónicos en la Directiva y en la LCSP es parcial y no está integrada con la normativa reguladora del procedimiento administrativo común.También el abismo existente entre licitación y ejecución del contrato y entre órganos gestores y servicios de contratación que no ayuda a transformar ni a innovar tecnológicamente. Hay más de 22.000 poderes adjudicadores entre los tres niveles territoriales, con capacidades e intereses distintos. A veces nos olvidamos de que más de la mitad de las licitaciones se impulsan por el sector público local. 

  • Dependencia del sector privado. Nuestras AAPP carecen de personal cualificado suficiente para afrontar el reto de la transformación digital (menos del 2% es personal TIC. 
  • Pérdida del control efectivo como consecuencia de la automatización. Entendió el ponente que innovar exige “automatizar todo lo que sea automatizable”, pero no puede hacerse de cualquier modo ni a cualquier precio. Recordó que el uso de IA generativa, al margen de la organización y de manera informal, para realizar tareas que se integran en el proceso de compra pública (ayuda a la redacción de los pliegos, informes de necesidad, análisis de ofertas…) incorporan un riesgo y una oportunidad. “Si ChatGPT puede hacer un informe de necesidad de contratación entre tres segundos, quizás lo que sobra es el informe”.
Tras el trabajo, dura subida a la montaña de los más preparados.

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Comentarios

2 respuestas a “Transformar la contratación electrónica”

  1. […] contratación pública tiene alto grado de complicación que la acerca a la complejidad. En Francia, el Senado acaba de publicar las conclusiones de […]

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