Ayer se presentó en el Club de Prensa Asturiana la obra ¿Dónde está mi dinero? de la que es autor el economista asturiano Manuel Sarachaga García. Con tal motivo pudimos asistir a un interesante un debate sobre la actual situación financiera y donde arroparon al autor Carlos Monasterio, catedrático de Hacienda Pública, Francisco González, decano de la facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Pedro Herrero, estudiante y presidente de ADEGAPA, así como Sergio Ríos, gerenten de la editorial, Ménsula Ediciones.
Manuel Sarachaga explica en su libro el origen de ciclos bajos de la economía como el actual. «Siempre que se origina un ciclo bajo es porque se han hecho las cosas mal; el principal problema que se ha producido ahora es que el sistema financiero permitió que el dinero creciera de forma ilimitada a través del crédito, sin que aumentara el ahorro, provocando que en la actualidad tengamos empresas, familias, e incluso bancos y gobiernos con un elevado endeudamiento», señala. Para el economista, las consecuencias de la actual crisis económica para España será especialmente difíciles debido, precisamente, según apunta, a que «el país tiene uno de los más altos niveles de endeudamiento».
En el libro, Sarachaga recoge también las relaciones entre el dinero, los precios y los tipos de interés o los vínculos entre el sistema financiero y los agentes económicos. A pesar de la gravedad de la recesión, el economista defiende que Asturias tiene muchos puntos fuertes para conseguir salir de ella. «Soy relativamente mucho más optimista con la situación regional, porque Asturias no está tan endeudada y tiene un sistema bancario más saneado que otras comunidades, con buenos ratios de solvencia y que no ha entrado en sectores afectados por la burbuja», dijo.
Creando dinero …
El autor repasa de manera pedagógica las funciones del dinero y el negocio bancario, principal escenario de la actual crisis financiera que ha hecho que todos recuperásemos el interés por aprender los fundamentos de la Economía. Por cierto, hace unos días leíamos la estimulante crónica de Gemma Martínez en el diario Expansión que explicaba la experiencia de una docena de municipios estadounidenses donde pequeñas comunidades imprimen su propia moneda para combatir la recesión que atraviesa la economía de EEUU.
Así, Ithaca, municipio del estado de Nueva York, de 29.974 habitantes (sede de Cornell University) cuenta con una moneda propia, bautizada como Hours (horas), de uso legal y de ámbito local, en circulación desde 1991, equivale a diez dólares, el coste estimado de una hora de trabajo en el municipio cuando se lanzó la moneda.
Los habitantes del municipio que desean utilizar las horas como moneda de circulación deben inscribirse en un directorio y a cambio reciben dos horas, con las que ya pueden empezar a pagar en los 950 establecimientos asociados de Ithaca.


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