Marcela Miró fue una pionera en muchas de sus facetas vitales. Ingeniera agrónoma desde 1975 por la Universidad Politécnica de Valencia, donde se doctoró años más tarde y ejerció la docencia y la gestión como vicerrectora. También fue Consejera de Educación, Cultura y Ciencia de la Generalidad Valenciana (1996-1997) y Consejera de Bienestar Social de la Generalidad Valenciana (1997-1999). Fue la primera mujer en presidir las Cortes Valencianas (1999-2003) y Síndica de Cuentas desde 2004 hasta su fallecimiento el domingo pasado.
Su colega Sindico, Antonio Mira Perceval, en un entrañable y urgente obituario, nos cuenta como tuvo la entereza de despedirse de todo el personal de la Sindicatura el jueves pasado:
«Ha sido un honor y un placer trabajar con todos vosotros durante todos estos años y seguiría haciéndolo, aunque las circunstancias no me lo permitan. Siempre estaréis en mi corazón, os aprecio y os deseo lo mejor, un abrazo».
El portal de la Sindicatura destaca la noticia de su fallecimiento tras dos décadas como Síndica “con una enorme capacidad de trabajo, ha sido siempre un ejemplo de celo profesional y ética irreprochable (..) un talante dialogante le han valido la admiración de cuántas personas hemos coincidido con ella”.
La Sindicatura ha decretado tres días de luto oficial durante los cuales mantendrá sus banderas a media asta y con los correspondientes crespones. Las Cortes valencianas guardaron un minuto de silencio en su honor.
La Dra. Miró participaba activamente en las comisiones Ocex-TCu sobre Comunidades Autónomas y de formación. En la foto de arriba (octubre 2022) podéis verla a la derecha en una de sus reuniones. Asimismo, presidía la comisión de formación de la sindicatura valenciana, aplicando su trayectoria universitaria y de gestión de la educación.
Para terminar, un apunte. Me ha gustado especialmente una tribuna del alcalde de Casinos (de apenas 3.000 habitantes) que termina dirigiéndose a ella:
“…en la calle de San Vicente de Valencia hemos tomado algún café… pero nunca piensas que ya no nos vamos a volver a encontrar en este mundo, tu elegancia, tu saber estar, tu sonrisa próxima, tu habilidad, tu forma de ser: tu honradez y tu integridad es algo que siempre te ha dado ese valor incalculable que como persona y mujer te han adornado siempre.
Marcela: ¡Espérame en el cielo!”
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