P?gina web de Barack Obama

El interesante artículo dominical del diario El País sobre el candidato demócrata a la presidencia de EEUU, nos presenta a una persona comprometida con los problemas sociales de Norteamérica. Leyendo su peripecia vital he podido recordar uno de sus discursos, como siempre redactado por él mismo. Recuerden que Obama (ver su web en castellano ) fue el Editor-in-Chief (Jefe de Redacción) del Harvard Law Review. En éste, pronunciado tras conocer su nominación, muestra todo su poder de convicción, alabando a sus enemigos políticos.

Bill Richardson, hijo de asturiana y con muchas las papeletas para ser candidato a vicepresidente, se deshace en elogios al senador por Illinois: «Obama representa el cambio. La habilidad de juntar los partidos políticos para superar problemas. Ha atraído a muchos jóvenes y va a ser el candidato más fuerte que hemos tenido en muchos años».

En Chicago, donde el candidato ejerció de Trabajador Social, descubrió al que sería su mentor durante años, un intelectual brillante, un orador excelente, el Reverendo Wright, que hace unos meses encendió a las masas con un sermón de Iglesia de tintes racistas, que dejaba en una situación comprometida al candidato. Obama resolvió la papeleta con un brillante discurso que pasará a la historia de las campañas electorales. He aquí un extracto. Fue pronunciado por Barack Obama en Filadelfia el 18 de marzo de 2008 bajo el título «Una Unión más perfecta» («A More Perfect Union»).

(…) Decidí ser candidato a Presidente en este momento en la historia porque creo profundamente que no podemos resolver los desafíos de nuestros tiempos a menos que lo hagamos juntos … a menos que perfeccionemos nuestra unión con la comprensión de que podemos tener diferentes historias, pero tenemos las mismas esperanzas; que podemos no vernos diferentes y venir de diferentes lugares, pero todos queremos ir en la misma dirección … hacia un mejor futuro para nuestros hijos y nietos; Esta creencia viene de mi absoluta fe en la decencia y generosidad de los estadounidenses. Pero también viene de mi propia historia.

Soy hijo de un hombre negro de Kenia y una mujer blanca de Kansas. Fui criado con la ayuda de un abuelo blanco que sobrevivió la Gran Depresión para servir en el ejército de Patton durante la II Guerra Mundial y una abuela blanca que trabajaba en una línea de asemblaje de bombas en Fort Leavenworth mientras él luchaba. He ido a algunas de las mejores escuelas de EEUU y vivido en una de las naciones más pobres del mundo. Estoy casado con una estadounidense negra que lleva sangre de esclavos y dueños de esclavos … una herencia que pasamos a mis dos hermosas hijas. Tengo hermanos, hermanas, sobrinos, sobrinas, tíos y primos de todas las razas, distribuidos en tres continentes y mientras viva nunca olvidaré que en ningún otro país del mundo esta historia es posible.

(…) Si bien es imperfecto (el Reverendo Wright) ha sido como familia para mí. Fortaleció mi fe, ofició mi casamiento y bautizó a mis hijas. (…) Nunca en mis conversaciones con él lo escuché hablar de ningún grupo étnico en términos denigrantes ni lo vi tratar a los blancos con nada que no fuera cortesía y respeto. Él contiene las contradicciones … lo bueno y lo malo- de la comunidad (negra) a la que sirvió tan diligentemente por tantos años; No puedo repudiarlo como no puedo repudiar a la comunidad negra. No puedo repudiarlo, como no puedo repudiar a mi abuela blanca … una mujer que ayudó a criarme, una mujer que se sacrificó una y otra vez por mi, una mujer que me ama como a nada en el mundo, pero una mujer que confesó su miedo a los hombres negros que pasaban cerca de ella en las calles y que en más de una ocasión ha dicho estereotipos raciales o étnicos que me han hecho sentir muy avergonzado. Esta gente son parte mía y de América, este país que amo;(…)

Supongo que lo más seguro políticamente sería dejar este episodio atrás y esperar que desaparezca. Podemos estimar al Reverendo Wright como un loco o demagago (…). Pero la raza es un tema que no nos podemos dar el lujo de ignorar en este momento. Estaríamos cometiendo los mismos errores que el Reverendo cometió en sus insultantes discursos sobre EEUU … simplificar y estereotipar y amplificar lo negativo hasta el punto que distorsiona la realidad.

(…) La discriminación legalizada (…) significaba que las familias negras no podían construir ninguna riqueza significativa que dejarle a las futuras generaciones. Esa historia ayuda a explicar la diferencia de ingresos entre blancos negros (…); La falta de oportunidad económica entre los hombres negros, y la frustración y vergüenza de no ser posible de mantener a sus familias, contribuyó a la erosión de las familias negras (…). Y la falta de servicios básicos en tantos barrios negros urbanos (…) todos ayudaron a crear un ciclo de violencia, destrucción y negligencia que aín nos persigue.

Esta es realidad en que el Reverendo Wright y otros Afro americanos de su generación crecieron. Se hicieron adultos en los 50’s y 60’s un tiempo en que la segregación aón era la ley y las oportunidades estaban sistemáticamente restringidas. Lo llamativo no es cuántos fallaron frente a la discriminación, peor más bien cuántos hombres y mujeres le ganaron a las probabilidades; cuántos lograron hacerse un camino desde ningún lado para esos que como yo vendrían después.

(…) Para los hombres y mujeres de la generación de Wright los recuerdos de humillación, duda y miedo no se han desvanecido, como tampoco lo hizo el enojo y el resentimiento. El enojo puede no ser expresado en público, frente a compañeros de trabajo o amigos blancos. Pero si se expresa en la peluquería de barrio o en la mesa de la cocina. (…) Y ocasionalmente llega a la Iglesia los domingos a la mañana. (…) Esta ira no siempre es productiva; de hecho casi siempre nos distrae de la resolución de problemas (..) Pero la ira es real; es poderosa; y simplemente desear que desaparezca, condenarla sin entender sus raíces, solo sirve para agrandar el abismo de malentendidos que existen entre las razas. De hecho, una ira similar existe en segmentos de la comunidad blanca.

La mayoría de los trabajadores de clase media blancos no sienten que han sido particularmente privilegiados por su raza. Su experiencia es la de los inmigrantes y en lo que a ellos concierne, nadie les ha dado nada, lo construyeron desde cero. Trabajaron duro toda su vida solo para ver cómo su puesto de trabajo era enviado al extranjero y su pensión encogerse luego de una vida de trabajo. Están ansiosos por su futuro y sienten que sus sueños se les escapan; en una época de salarios congelados y competencia global, la oportunidad se ve como un juego suma cero en el que tus sueños vienen a costa de los míos. Entonces cuando escuchan que deben mandar a sus niños a una escuela del otro lado de la ciudad, cuando escuchan que un afroamericano tiene una ventaja al conseguir un trabajo o una vacante en la universidad por una injusticia que ellos mismos nunca cometieron; cuando les dicen que sus miedos sobre el crimen en barrios urbanos son en cierto sentido prejuicios, el resentimiento se acumula con el tiempo.

(…) Así como la ira negra suele ser contraproducente, también estos resentimientos blancos distrajeron la atención de los verdaderos temas que perjudican a la clase media (…) Y sin embargo, esperar que los resentimientos de los estadounidenses blancos desaparezcan o etiquetarlos como racistas, sin entender que se basan en reclamos legítimos y esto también amplía la diferencia social y bloquea el camino a la compresión.

(…) Aquí es donde estamos hoy en día. En un punto muerto racial. Un punto muerto donde hemos estado por años. Nunca fui tan ingenuo como para creer que podemos superar nuestras diferencias sociales en una sola elección. Pero tengo una firme convicción – basada en mi fe en Dios y en los estadounidenses – que trabajando juntos podemos ir más allá de nuestras heridas raciales y que de hecho no tenemos opción si queremos continuar el camino hacia una unión más perfecta.

Para la comunidad afro americana, este camino significa aceptar el peso de nuestro pasado sin convertirnos en víctimas de nuestro pasado. (…) Y significa hacernos completamente responsables de nuestras vidas (…) enseñándoles a nuestros hijos que mientras enfrentan desafíos y discriminación en sus vidas, nunca deben sucumbir a la desesperación o el cinismo; siempre deben creer que pueden escribir su propio destino.

Irónicamente, esta noción esencial de autoyuda norteamericana -y si: conservadora- se expresaba frecuentemente en los sermones del Reverendo Wright. Pero lo que mi anterior pastor solía no entender, es que embarcarse en un programa de autoayuda también requiere la capacidad de creer que la sociedad puede cambiar.

(…) El profundo error del sermón del Reverendo Wright no fue que habló de racismo en nuestra sociedad sino que habló como si nuestra sociedad estuviera estática; como si no hubiera habido ningún progreso; como si este país aún estuviera irrevocablemente atado a su pasado. (…) Pero lo que sabemos, lo que hemos visto es que EEUU puede cambiar. Lo que hemos logrado nos da la esperanza de lo que podemos y debemos lograr mañana.

En la comunidad blanca, el camino a una unión más perfecta significa reconocer que lo que aliena a la afro americana no existe en la mente de los negros; (…) sino que es real y debe ser tratada, no solo con palabras sino con hechos. (…) Requiere que todos los estadounidenses entiendan que tus sueños no se cumplen a costa de los míos; que invertir en la salud, bienestar y educación de los niños negros y blancos y castaños finalmente ayudará a EEUU a prosperar; (…)

Os recomiendo que echéis un vistazo al video de este discurso y comprobéis la capacidad de improvisación calculada del candidato.


Descubre más desde Fiscalizacion.es

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.


Comentarios

  1. ¡caramba! cuanta presencia de dios; su discurso, Arias me parece empalagoso. Bien es cierto que si gana va a tener muy fácil hacerlo mejor que el actual presidente.

    Me gusta

  2. Pues a mi me ha encantado lo que muestras de este discurso. Realmente, oyéndolo, parece imposible no estar de acuerdo con lo que dice. Son palabras e ideas sugerentes: reconocer los problemas, pero pensando que se puede hacer algo para avanzar.

    Solo me queda una sombra, que no debe impedir mi apoyo: si gana, ¿hasta que punto convertirá en realidades estas palabras?

    Me gusta

  3. […] víspera de un día histórico, no podemos terminar esta entrada sin hablar de Obama, por el que ya manifestamos nuestra admiración en esta bitácora. Pues […]

    Me gusta

  4. […] víspera de un día histórico, no podemos terminar esta entrada sin hablar de Obama, por el que ya manifestamos nuestra esperanza en esta bitácora. Pues bien, Cesar Nombela expone, también hoy en Expansión, […]

    Me gusta

Replica a Felix Cancelar la respuesta

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.