La Europa opaca de la finanzas

 

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Hoy comentamos un excelente libro: «La Europa opaca de las finanzas. Y sus paraísos fiscales offshore» (Icaria, Junio 2008, 431 páginas, 20€), cuyo autor es Juan Hernández Vigueras (ver su web). En mi opinión, un verdadero best seller, un viaje guiado por los paraísos fiscales, cuya lectura me ha proporcionado una intensidad que no sentía desde mis años universitarios, cuando leía a Galbraith.

De acuerdo con el informe de KPMG, el tipo medio del impuesto sobre sociedades ha venido disminuyendo regularmente en la OCDE desde el 37,7% en 1995 hasta el 27,8 del año pasado. El fenómeno es fruto de la globalización creciente, la liberalización de los flujos financieros internacionales y la deslocalización de las industrias.

La futura introducción de un impuesto europeo para la financiación del presupuesto comunitario, sobre los beneficios de las sociedades de los países miembros, puede resolver parte de estos problemas diferenciales, dentro del territorio de la UE carente de liderazgo. Pero mientras tanto, en materia fiscal, cada estado miembro, tira por su lado.

Paraísos fiscales

En las últimas décadas, han florecido un conjunto de paraísos fiscales, ya no exclusivos de unas élites acaudaladas, sino como modalidad de mercados financieros globales que atesoran el 13% del PIB mundial. Se caracterizan porque el volumen de su negocio financiero no guarda relación con la dimensión de su mercado interior; los paraísos se orientan preferentemente –cuando no exclusivamente- a particulares o sociedades cuyos titulares no son residentes sino que acuden atraídos por la opacidad y fiscalidad que ofrecen.

El manual de Hernández Vigueras realiza un estudio concienzudo y ameno de los principales paraísos fiscales: Suiza, Liechtenstein, Mónaco, Andorra, San Marino, Vaticano, Luxemburgo, Chipre y Malta. Además analiza los paraísos fiscales británicos (Islas de Jersey o de Man, , Guernesey, Gibraltar, Islas Caimán, Vírgenes, Bermudas, Anguila, Monserrat, Turcos & Caicos) y holandeses (Antillas y Aruba).

Para despertar vuestro interés, comentaré sólo los dos primeros.

 

Fiscalidad europea

En materia fiscal, el protagonismo europeo corresponde a la Directiva 2003/48 según la cual, el 75% de los ingresos fiscales sobre los intereses devengados por los depósitos de particulares corresponden al país de origen del propietario del citado capital.

Así, fruto de acuerdos bilaterales, durante 2006, la retención fiscal en Suiza se aplicó a 55.000 anónimas personas físicas, por lo cual, los bancos helvéticos trasfirieron a la hacienda de Alemania, 63 millones de euros, a Italia 62, a Francia 30, al Reino Unido 19 y a España 18. Eso sí, anónimas. Si tenemos en cuenta que los activos extranjeros de la Banca Suiza ascendían a un billón (de los nuestros) de dólares en 2004, las cifras anteriores resultan un tanto ridículas.

Suiza y Liechtenstein, por ejemplo

La Confederación Helvética puede considerarse como una verdadera república de banqueros, cuyas principales características son el secreto bancario y la baja fiscalidad. Por eso, gestiona un tercio de las fortunas privadas mundiales y –de acuerdo con la oficina estadounidense contra el narcotráfico- las cuentas de extranjeros en la banca suiza, representaban en 2007 mas de la mitad de los activos. Hay, por tanto, un consenso doctrinal sobre la consideración de Suiza como paraíso fiscal, con tributación privilegiada y falta de transparencia del sector bancario. Los activos bancarios son siete veces el PIB del país.

La fiscalidad cantonal es muy baja: en Ginebra, el tipo del impuesto de Sociedades no llega al 7%. Los 26 cantones son libres para fijar sus regímenes tributarios y las autoridades fiscales se ven así mismas mas como asesores que como recaudadores.

La compleja legislación suiza hace que pocos gobiernos hayan logrado recuperar las fortunas expoliadas por derrocados dictadores. Por eso, Suiza sigue sin ratificar convenios de la ONU sobre la delincuencia transnacional organizada y la convención contra la corrupción.

Para que las autoridades suizas concedan la asistencia judicial frente al secreto bancario es necesario que los hechos juzgados sean también delito en Suiza. Hasta aquí algo habitual, pero (y esto es lo excepcional) la evasión fiscal no es un delito incluido en el código penal helvético. Los evasores de cualquier país saben que ningún juez suizo proporcionará información alguna a un colega de otro país.

Cuentas numeradas

La violación del secreto bancario está penalizada. Además, en muchas entidades el nombre del depositante se ha sustituido por un número, las famosas cuentas numeradas, aunque dentro de la diligencia debida de los banqueros se exige conocer la identidad del titular de la cuenta, pero –en sí misma- la cuenta es numerada y opaca.

Leichteinstein es otro país atractivo para los blanqueadores. Minúsculo Estado montañoso encajonado entre Suiza y Austria, de 34.000 habitantes (uno de cada 5 trabaja en la banca) está asociado, como Suiza, al Espacio Económico Europeo y tampoco presta asistencia legal a otros Estados en asuntos fiscales; además cuenta con una baja fiscalidad y gran facilidad para la creación de sociedades fantasma.

Fue clasificado por la OCDE, en 2002, como paraíso fiscal no cooperante, clasificación mantenida en 2007, por su falta de transparencia y su nula cooperación con las autoridades de otros Estados, pues el secreto bancario está considerado mas severo que en Suiza y nunca puede levantarse ni “en caso de violación de regulaciones tributarias extranjeras” .

Tienen 16 entidades financieras y 60 abogados que gestionan mas de 75.000 entidades de no residentes. Las escuchas de la policía alemana, desde la Selva Negra, permitieron interceptar vía satélite las trasferencias de datos nocturnos de las entidades financieras, mostrando la connivencia entre distinguidos personajes locales y la delincuencia internacional.

En el año 2000 la inteligencia alemana reveló que un solo abogado de Leinchestein gestionaba 10.000 fundaciones y empresas tapadera o clientes tan conocidos como el colombiano Pablo Escobar, los ex dictadores Mobutu o Marcos. Muchos recordaréis que, durante la primavera pasada, hubo una gran tensión entre Alemania y este micro-Estado por el caso de la lista de defraudadores -adquirida por el Gobierno alemán a un presunto delincuente- provocando una gigantesca investigación sobre el fraude fiscal de más de mil acaudalados contribuyentes alemanes, por un importe que se estima en unos 4.000 millones de euros.

La relación nominal fue trasladada por el gobierno alemán a otros gobiernos defraudados, implicando a otros miles de evasores de Francia, Reino Unido, los EEUU e incluso, España, según el comunicado de la Agencia Tributaria, que anunció la apertura de otra investigación fiscal penal contra 198 contribuyentes. Gracias, Doña Angela: otro tramo de autopista financiado por los alemanes. (Más)

 

7 comentarios en “La Europa opaca de la finanzas

  1. El poder económico-financiero privilegia el secreto, pero no solamente en las instituciones bancarias, también en la disciplina que podría darle claridad a la gestión pública y privada, es decir, la auditoría. Así, la secrecía se ha impuesto en leyes, normas, y códigos de ética profesional. Y los auditores públicos que debieran ser considerados funcionarios de la sociedad, al velar por los fondos públicos, tristemente se han convertido en marionetas del poder.

    Sin embargo, la recuperación de estos espacios públicos nos permiten avizorar que la auditoría pública o fiscalización podría convertirse en una actividad, realmente, transparente. Y con una herramienta que permita claridad. La opacidad y el secreto en las instituciones podría ser tema del pasado, pero antes, mucho antes, las instituciones de la Intosai, la GAO, las corresponsales nacionales y los gremios profesionales de auditores, deberán abandonar las mordazas que han estado sujetas por los intereses y la comodidad…si no, la sociedad civil termine por enviar al basurero de la historia lo que conocemos por fiscalización.

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